Marcelo Gallardo, la leyenda del River Plate

Un recorrido por la exitosa carrera de El Muñeco, pues ha destacado como entrenador pero también lo hizo como futbolista

“Que la gente crea porque tiene con qué creer,” es una frase que quedará en la historia. También lo hará su autor, Marcelo Gallardo de 43 años, el entrenador de River Plate a quien algunos califican como el mejor de todos los tiempos.

El sueño para la generación actual de hinchas de River (difícilmente haya alguno que no comulgue con el Muñeco) empezó el 6 de junio de 2014, cuando el club de la banda roja fichó a quien vistiera alguna vez sus colores.

“No entiendo cómo Gallardo no está nominado entre los mejores entrenadores del mundo, no sólo por un año, sino por tanto tiempo,” dijo sobre él Pep Guardiola, quien dirige al Manchester City.

También tuvo reconocimientos del director técnico de Tottenham, Mauricio Pochettino: “Tiene un mérito enorme, porque sostener en el tiempo esa posibilidad de seguir ganando y conseguir títulos, merece un reconocimiento grande.”

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Sus comienzos en River

Su carrera como futbolista empezó a los 12 años en las inferiores de El Millonario. Cinco años después, más precisamente el 18 de abril de 1993, Marcelo Gallardo debutaría en Primera División de ese mismo club. Entonces lo bautizarían como el Muñeco.

En una entrevista contó de dónde surgió tal apodo: “En el grupo había algunos veteranos, como Ramón Díaz y Leonardo Astrada. Ellos me empezaron a llamar Nene, Pibe y también Muñeco, por ser uno de los más jóvenes.”

Hoy, a 25 años de ese debut, el Pibe tiene cuatro hijos, uno de los cuales, Nahuel, de 21 años, ya juega en la Primera División del club; Matías forma parte, con 15 años, de las inferiores; y un último, Santino, de 12, que tiene planes de seguir el camino de su padre y de sus hermanos.

El último, Benjamín, también hijo de su esposa Geraldine La Rosa, a quien conoció a sus 14 años en un barrio de Buenos Aires, apenas tiene algunos meses de vida.

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El futbol internacional

El paso de Gallardo por River atrajo las miradas del mercado internacional, y en 1999 fue fichado por el AS Mónaco, de Francia.

Allí, logró convertirse en una de las figuras del equipo y alcanzó títulos nacionales como la Supercopa de Francia y la Copa de la Liga.

En ese entonces, el entrenador del AS Mónaco era Didier Deschamps, el francés que consagró campeona a la selección de su país en el Mundial de Rusia de 2018.

Sin embargo, cuando Deschamps ya no lo tendría en cuenta para el plantel, en 2003, y Gallardo volvió a sus raíces: a River Plate.

Tras cuatro años de vestir la camiseta de la banda roja, volvería a apostar por el futbol internacional en el París Saint-Germain, de Francia, y el DC United, de Estados Unidos.

Mientras tanto, desde 1991 hasta 2003 participó en la selección argentina.

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Entrenador y la hazaña de River

Su carrera como futbolista terminaría no muy lejos de su casa, en el club Nacional de Montevideo, en Uruguay, donde jugaría durante dos años, hasta que en 2012 anunciaría su retiro.

Los dirigentes de Nacional de Montevideo no querían quedarse sin la figura de Gallardo, por lo que le propusieron entrenar al club. En su gestión, alcanzó el campeonato uruguayo.

Pero en junio de 2014, River Plate lo instaría a cruzar del otro lado del río que le dio nombre a sus colores para empezar a pilotear un barco que, por ahora, pareciera no querer anclarse.

Marcelo Gallardo logró con El Millonario siete títulos internacionales en cinco años. Entre ellos, tres Recopas, dos Copas Libertadores, una Copa Sudamericana y una Suruga Bank. Además, sumó al palmarés de River dos Copas Argentina y una Supercopa Argentina.

Quizás, entre las hazañas que los hinchas más celebran destaca la de haberle ganado a Boca Juniors, su mayor rival, la final de la Copa Libertadores de 2018 en el Estadio Santiago Bernabéu, de Madrid.

Ahora el Muñeco redobló la apuesta y eliminó al club de La Boca en las semifinales, otra vez, de la Copa Libertadores.

Con ésta, Gallardo puede ostentar haberle ganado cinco veces a su archirrival en instancias eliminatorias. Algo que ni los hinchas de River ni de Boca olvidarán.

“No me entra la felicidad en el cuerpo,” decía el entrenador tras haber eliminado a su histórico competidor y haber clasificado por segunda vez consecutiva a la final de la Copa Libertadores de América.

Gallardo no podía disimular la sonrisa. Tampoco, por momentos, Javier Pinola, el defensor de River que se sentó a su lado en la conferencia de prensa posterior al partido.

Pero mucho menos los hinchas de El Millonario, que recordarán al Muñeco como el artífice de las glorias más grandes del club.

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