En un lapso de nueve años y seis meses, los incendios forestales en Puebla causaron daños en una superficie equivalente a 72 mil veces la cancha del Estadio Cuauhtémoc –incluida el área de juego, laterales y fosa–, con base en datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

La dependencia federal registró un total de 4 mil 47 conflagraciones en la entidad del 1 de enero de 2010 al 15 de junio de 2019.

En respuesta a una solicitud de información, Conafor notificó que en el periodo de referencia la superficie dañada ascendió a 72 mil 204.39 hectáreas.

Según datos oficiales del Club Puebla, su campo de juego mide 105 por 68 metros; más las áreas laterales con césped y la fosa aumentan la extensión a 125 por 80 metros, para un total de 10 mil metros cuadrados, igual a una hectárea.

La superficie siniestrada en todo el estado igualmente equivale a 3.4 veces el territorio de la ciudad de Puebla –de 206.6 kilómetros cuadrados–.

La dependencia informó que del total de la extensión territorial afectada, 54.8 por ciento correspondió a pastizales, mientras que 40.4 por ciento a arbustos y matorrales.

En tanto que 2.9 por ciento de la superficie quemada era de arbolado adulto y 1.8 por ciento de renuevo.

Reportes de gobiernos municipales de las regiones Sierra Norte, Sierra Madre Oriental y Parque Nacional Izta-Popo identificaron la presencia de grupos armados dedicados a la tala, lo que prendió atención de autoridades.

Históricamente, la Conafor ha establecido como principal causa las actividades agrícolas, pero los gobiernos locales no se confían, dada la magnitud de los daños que se registraron en prácticamente una década.

Gerardo Arroyo Fuentes, secretario general del Ayuntamiento de Chiautzingo, municipio localizado en las faldas del Iztaccíhuatl, dijo que hay alerta por la presencia de taladores clandestinos, aunque no como algo determinante.

Sin embargo, hizo énfasis en la preocupación de que cada vez más están expuestos a ese tipo de amenazas.

De ahí que este año recurrieron a la coordinación de 400 brigadistas entre personal de Protección Civil, elementos de áreas municipales y pobladores, para detectar incendios, controlarlos y sofocarlos.

“Sí hay tala clandestina, lo sabemos, pero no es la principal causa de los incendios, y tampoco son siempre las quemas agrícolas; de alguna forma hay de todo, pero como quiera que sea nos preocupa que esto se agrave y por eso apostamos a la coordinación,” dijo.

Daniel López Valderrábano, director de Seguridad Pública en el Ayuntamiento de Lafragua, comentó que este año los incendios arrasaron una amplia superficie forestal en el Ejido de San José Cuauhtémoc, donde en los últimos años enfrentaron la presencia de bandas dedicadas a la tala ilegal.

No obstante, dijo que cada vez implementan más estrategias para recorrer las zonas y evitar que los delincuentes prendan fuego para distraer mientras cortan madera en otros puntos.

“Estamos atentos con apoyo de los vigilantes de los ejidos y de las comunidades para que esa gente (delincuentes) no cause daños en el municipio, porque sabemos que a veces prenden fuego para que nos distraigamos en eso, y de todas forman talan,” menciona.

No identificó un caso reciente, pero coincidió con el funcionario de Chiautzingo, que cada vez se encuentran frente a la incursión de grupos criminales que ya dominan diferentes regiones en la comisión de otros delitos, como robo de transporte en carretera, robo de gasolina y gas LP, secuestro y extorsión.

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