Juntas auxiliares viven a merced de la delincuencia

La inseguridad, la falta de patrullas y de elementos es una constante en estas zonas, donde los habitantes se han tenido que organizar en guardias

Las 17 juntas auxiliares del Municipio de Puebla se encuentran en el desamparo en su lucha contra la delincuencia.

En estas zonas no cuentan con equipo humano y técnico suficiente para atender las demandas de los habitantes que denuncian hechos delictivos.

Hay juntas auxiliares que poseen sólo una patrulla y dos elementos, lo que implica deficiencia en reacción ante los criminales.

Pese a las peticiones de las autoridades auxiliares dirigidas al gobierno municipal, a la fecha siguen sin recibir respuesta a la solicitud de más patrullas y elementos para la vigilancia de sus comunidades.

El Popular, diario imparcial de Puebla recorrió las 17 juntas auxiliares y constató que se encuentran inmersas en una situación precaria para garantizar la seguridad.

Ojalá la presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, nos escuche y nos apoye. Los habitantes y nosotros estamos desesperados porque la inseguridad nos tiene de rodillas,” dijo el edil auxiliar de San Francisco Totimehuacán, Isaac Chetla Muñoz.

En este caso, con más de 186 mil habitantes, se registran diariamente delitos como robo a casa-habitación, a transeúnte y venta de drogas; este último se disparó en la región.

Hoy tenemos un repunte en la distribución y venta de drogas. Los narcomenudistas están aprovechando que no hay presencia policíaca o (los que hay) se encuentran coludidos con los delincuentes,” añadió.

Santo Tomás Chautla también es una de las juntas presa de la delincuencia. Su edil auxiliar, Otilio Flores Navarro, aseguró que los actos delictivos han aumentado en su demarcación.

Asaltos y violaciones se registraron en este sitio y tampoco cuentan con uniformados que respondan a una emergencia, pese a que enviaron oficios a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), a la que solicitaron apoyo.

La delincuencia está a su máxima capacidad, no hay nada, no hay apoyos, no hay servicios públicos en mi comunidad. Ya estamos cansados de esperar.”

Otro caso similar ocurrió en La Resurrección. En los últimos 10 meses de la actual administración, la zona se convirtió en un tiradero de cuerpos desmembrados, producto de la disputa de territorio entre grupos criminales.

El edil auxiliar electo de La Resurrección, Abraham Alejandro Pérez Pérez, señaló que la delincuencia que opera en el lugar no pertenece a la comunidad, sino que vienen de otras colonias.

Ahí, ante la falta de policías, organizaron guardias comunitarias que realizan recorridos nocturnos para identificar y detener a delincuentes.

Los habitantes implementaron un “toque de queda”, medida no oficial, a partir de las 22 horas, como medida de prevención.

Los elementos que realizan vigilancia en La Resurrección también laboran para la seguridad en San Miguel Canoa y Santa María Xonacatepec.

“Por la falta de respuesta de las autoridades en estos 10 meses de la actual administración, es que los habitantes decidieron organizarse por los hechos delictivos,” dijo.

En el caso de Santa María Xonacatepec, el edil auxiliar Javier Merino Galeana admitió que sólo cuentan con dos policías de apoyo para la comunidad en la que viven más de 17 mil habitantes.

Roberto Luis González Comisario, edil auxiliar de San Miguel Canoa, evitó emitir un posicionamiento sobre la inseguridad por temor a represalias, pero labora en las mismas condiciones: inseguridad y sin equipo para combatirla.

Al corte del último trimestre de 2018, la capital poblana contaba con mil 562 policías para atender a un millón 576 mil 259 habitantes.

Lo anterior representa que sólo hay 99 policías por cada 100 mil habitantes; es decir, un déficit de 66.9 por ciento de lo recomendado por la ONU.

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