Ardua tarea, clases sin acceso a internet en Puebla

Alumnos y docentes de la Sierra Norte se las han tenido que ingeniar para comunicarse y cumplir con los estudios.

En la comunidad de Ahuaxintitla, en el municipio de Xicotepec, Puebla, se ubica el Bachillerato General Estatal Tlamachtiankali, donde estudian 104 alumnos distribuidos en tres grupos, pero en la actualidad se les dificulta estar conectados en la red con sus profesores por falta de señal.

A raíz de la contingencia que derivó en la suspensión de clases presenciales para pasar a sesiones virtuales, maestros y directores se han tenido que enfrentar a las nuevas tecnologías y el acceso a internet.

En dicho plantel, enclavado en la Sierra Norte del estado, laboran 4 docentes y la directora Laura Josefina Valderrabano Cuevas, quien a su vez, también está como maestra frente a grupo.

En entrevista comentó que, al ser una comunidad lejana, indígena, desafortunadamente la señal para comunicarse por internet, ya sea por Whats App o mensajes, no es muy buena; sin embargo, destacó que tanto los docentes, como los alumnos han hecho todo lo posible para estar en contacto y realizar las actividades escolares, de acuerdo al calendario estipulado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal.

“Cada uno de los maestros formaron grupos de Whats App donde les hacen llegar las actividades y retroalimentación e indicaciones para los alumnos; y ellos (los estudiantes) entregan sus actividades por esa misma vía de manera personal”, describió.

Y es que el bachillerato Tlamachtiankali, no solo abarca la comunidad de Ahuaxintitla, si no que alberga a jóvenes de 16 comunidades cercanas, tanto del municipio de Xicotepec, como el de Copala y de Zihuateutla.

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Ante la mala señal de internet, aunado a las pocas oportunidades que tienen en ocasiones, para contar con un celular o pagar el mismo servicio, la directora explica que entre ellos (los alumnos) van comunicando de “boca en boca” para ayudarse respecto a las tareas educativas desde casa.

Incluso, la docente de 58 años reveló que los maestros se enlazan en ocasiones vía telefónica con algunos padres de familia, “porque no todos tienen teléfono celular”.

Con este tipo de medidas, indicó que han logrado que aproximadamente la mitad de los alumnos logren estar conectados con sus profesores, “son los que tienen posibilidad de conectarse; es la falta de señal, no hay comunicación en sus lugares de origen, y también la economía para mantener un saldo en el celular y conectarse en WhatsApp es preocupante”.

Algunos papás, incluso, deben de moverse de sus hogares e “irse al cerro” para agarrar señal y poder comunicarse con los maestros y saber la situación escolar, como es en la zona de La Unión.

“La mayoría de mis compañeros viven fuera de la cabecera municipal, y han batallado por la señal y las nuevas tecnologías, pero han puesto todo su esfuerzo y empeño para poderlo lograr resultados y avances con nuestros alumnos”, destacó la directora Valderrabano Cuevas.

Aunado a ello, dijo que algunos maestros no estaban acostumbrados a las herramientas tecnologías y les costó el doble en acostumbrarse a las nuevas maneras de dar clases.

“Tenemos que estar abiertos al cambio, y aceptar lo que hoy en día vivimos, aprender a enfrentarlo y vivir con ello”, resaltó.

Ante tal panorama, la directora aseguró que por parte de la SEP y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) les han dado mucho apoyo y asesorías.

Laura Josefina Valderrabano Cuevas, tiene 18 años dentro del magisterio poblano, y ya desde hace unos años es directora del Bachillerato General Estatal Tlamachtiankali, en la comunidad de Ahuaxintitla.

 

Desigualdad limita el paso a aulas virtuales

“La SEP generaliza mucho en todo lo da conocer e informa. Se va más a su realidad común que es la ciudad, todo lo urbanizado, desplazando al sector rural. Y no es lo mismo una comunidad rural que una zona urbana”, asegura una maestra poblana de bachillerato, para quien el traslado de sus cursos hacia una modalidad de educación en línea se detuvo en el instante en que se resultaron evidentes las carencias materiales de su comunidad.

En una sesión extraordinaria del Consejo Técnico Estatal, la Secretaría de Educación Pública (SEP) en Puebla determinó que, del 23 de marzo al 3 de abril, los docentes de educación básica deberán recurrir a medios electrónicos como correos, grupos de Whats App y otras plataformas digitales para continuar con las actividades académicas.

La realidad para algunos profesores, sin embargo, difiere de las decisiones que se toman centralizadamente por la dependencia, que ignora tanto las carencias materiales como las dinámicas propias de alumnos, familias y comunidades enteras.

Así lo refieren dos maestras de bachillerato, quienes en apenas unos días se han visto rebasadas por las medidas implementadas como consecuencia de la suspensión de clases derivada de la epidemia de COVID-19 en nuestro país.

“Cuando nos llegó esta noticia de que la modalidad iba a ser en línea, lo primero que pensamos con los maestros es que no se iba poder realizar”, recuerda Estelí, maestra de un bachillerato general en la Mixteca.

El costo de contratar tarjetas prepago para acceder a la red, explicó para El Popular, es de alrededor diez pesos por cuatro horas, lo que considerando un uso promedio de cuatro a cinco horas les significa a los alumnos alrededor de 350 pesos al mes, lo que normalmente cuesta contratar un plan de televisión, teléfono o internet.

“La infraestructura está, el Internet está, el servicio está, pero la economía no da para que los alumnos puedan entrar a una plataforma y realizar sus actividades”, comenta.

Además, pese a que los alumnos utilizan las redes sociales más conocidas para comunicarse entre ellos, sus conocimientos de investigación o utilización de plataformas educativas, se limita a búsquedas en los exploradores disponibles.

De ahí que las actividades de todas las materias para estas semanas se designaran antes de salir de clases, posponiendo su revisión hasta que los alumnos retornen finalmente a las aulas una vez terminada la contingencia.

 

Sin garantías de acceso, aún en zonas urbanas

En la zona periférica de San Pedro Cholula, considera la maestra Cynthia, el traspaso de las aulas al espacio virtual ha tenido mejores resultados.

La generalización de las disposiciones oficiales nuevamente choca de frente con la realidad de un bachillerato vespertino, con alumnos que terminaron en esta modalidad por no cumplir satisfactoriamente con las exigencias de otras escuelas, que trabajan al mismo tiempo, y que a veces no cuentan con el apoyo suficiente en casa.

A pesar de las carencias materiales, como el intermitente acceso a Internet, Cynthia refiere que a pocos días de encargar las primeras actividades, ya comienza a tener respuesta de sus alumnos, ayudados quizás por las becas de bienestar federal que recibieron de forma reciente.

“Cuando tienen datos se conectan y te contestan los correos electrónicos, por eso también opto por dejar tareas que no requieran tanto el uso de la tecnología, para que lo hagan en la libreta, le tomen la foto nada más y lo manden; ésa es la estrategia”, explica.

Cynthia imparte la materia de habilidades digitales, por lo que decidió utilizar además una plataforma digital para asignar tareas y subir el contenido del curso. Sin embargo, no todos sus compañeros cuentan con los mismos conocimientos de las nuevas tecnologías, otro factor que se agrega a las dificultades que se desprenden de la disposición oficial de las autoridades educativas.

 

 

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