Migrantes poblanos, vulnerables en crisis

Fuerza Migrante señala que sin la aportación de los paisanos, los ciudadanos norteamericanos no podrían estar en cuarentena.

A pesar de los años que puedan tener en Estados Unidos, sin importar el estatus migratorio ni el tipo de trabajo, los connacionales son uno de los sectores más vulnerables a las múltiples crisis derivadas de la epidemia por Covid-19, asegura Avelino Meza, secretario general de Fuerza Migrante, organización que representa a decenas de asociaciones comunitarias, liderazgos, organizaciones y cámaras empresariales en EU.

Uno tiene que ver con la propia pandemia, que ha cobrado la vida de 567 mexicanos de acuerdo con las cifras más actualizadas de la organización, y 370 en la denominada “área triestatal”. Según las estimaciones de la red consular, más de la mitad de los connacionales fallecidos en la zona Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut son de origen poblano.

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Muchas de las personas fallecidas o que aún se encuentran hospitalizadas o en riesgo de contagiarse por considerárseles como trabajadores esenciales, explica Avelino Meza para El Popular, diario imparcial de Puebla, han hecho un esfuerzo sobrehumano para sacar adelante al país, para mitigar la propagación del virus desde sus espacios: campos, cocinas, clínicas y supermercados, incluso servicios de entrega a domicilio.

Sin esta inmensa fuerza laboral que envió en 2019 más de 36 mil millones de dólares por concepto de remesas —mil 763 millones de dólares al estado de Puebla—, afirma, el resto de los ciudadanos norteamericanos no podrían estar en sus casas respetando el confinamiento obligatorio. “No somos una comunidad que quita, sino que aporta mucho al desarrollo del país.”

 

“Ya no podemos llorar”

Para Avelino Meza esta situación representa, como toda crisis, una oportunidad.

“Ya no podemos llorar, ya no podemos quejarnos más. Tenemos que empezar a trabajar para mostrar lo que realmente somos capaces de hacer, sin paternalismos de ninguna índole, y más bien una relación de colaboración —con gobiernos, organizaciones y empresas— para recuperar la economía lo más rápido posible.”

 

Los que sí pueden llorar

Sin embargo, se lamenta, hay quienes han, abandonado toda esperanza. Los que prefieren quedarse en casa pero para despedirse en persona de sus familiares que suponen, se contagiaron del nuevo coronavirus.

Explica que antes reinaba el miedo a que fueran cuestionados sobre su estatus migratorio, o que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) fuera notificado. Ahora el temor reside en que el internamiento signifique un último adiós, o que su traslado a un hospital por síntomas similares a los del Covid-19 se confirmen tras un brote hospitalario.

La gravedad de la situación, refiere, es mayor de la que exponen los medios informativos todos los días, y más profunda en sectores como éste, sobre todo el indocumentado, cuyos integrantes no tienen acceso a los servicios médicos.

Una realidad que, a su juicio, debe quedar asentada en la carrera presidencial, que ya asoma y que está lejos de cancelarse en razón de la contingencia.

 

 

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