Huaquechula: altares que se visten de claro satín

Se colocaron alrededor de 35 altares, donde se invirtieron desde 40 mil hasta 80 mil pesos

En el municipio de Huaquechula, ubicado en el valle de Atlixco, la celebración de Día de Muertos se vuelve una gran fiesta debido al importante número de visitantes que llegan para admirar sus peculiares ofrendas de muertos, que se distinguen por su impecable color blanco y monumental tamaño. En esta edición se colocaron alrededor de 35 altares.

Los habitantes reciben a sus familiares con ofrendas majestuosas, que se colocan cada año el 2 de noviembre.

La creencia popular que se tiene en esa zona es recibir a los difuntos a las 14 horas, justo después de las campanadas que se dan en la iglesia. Después del repique, todos los deudos abren las puertas de sus casas para atender a sus Fieles Difuntos.

Las ofrendas son de todas formas y colores. Su tamaño depende de la situación económica de las familias. Algunos llegan a invertir de 40 mil hasta 80 mil pesos, dependiendo de los adornos que se coloquen y el tipo de tela que se ocupe.

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Los familiares preparan chocolate de agua para recibir a las personas que visitan sus casas, el cual es acompañado con pan de muerto; sin embargo, algunos prefieren ofrecer atole, tamales y en algunos casos comida.

También se instalan por niveles, ya que cada uno representa algo. El primero corresponde a lo terrenal. Allí se colocan los alimentos, las bebidas y todo aquello que le pueda causar alegría al alma que regresa.

El segundo es del difunto que representa la unión entre los divino y lo humano. Aquí se coloca la fotografía a quien está dedicada la ofrenda, así como ángeles de barro conocidos como llorones.

El tercero simboliza lo divino y está dedicado a Dios, la máxima divinidad. Aquí se coloca el crucifijo, un copón, ceras y figuras angelicales.

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