El hombre fue detenido por la policía local y llevado a la comandancia ubicada en la presidencia de Tulcingo, pero poco después los pobladores se fueron alertando hasta ser una turba que pretendía linchar a este hombre.

Lo anterior originó que se desplegaran los protocolos de acción para casos de intentos de linchamiento. Un fuerte estado de fuerza fue enviado e hizo guardia a la entrada de la población, a la vez que se nombró una comisión encabezada por la delegada de gobernación para dialogar con los pobladores.

Luego de más de tres horas de pláticas lograron convencer al grupo de personas allí reunidas que permitieran que el probable agresor fuera remitido ante las autoridades ministeriales.

Fuentes policiales indicaron que todo hace indicar que el acusado es inimputable. En concreto que padece de sus facultades mentales, por lo que no sería responsable de sus actos. De corroborarse que sufre una discapacidad deberá ser puesto en libertad pues no es dueño de sus actos.