Esa cosa terrible llamada ciencia. Así hemos denominado como sociedad a aquellas disciplinas que en conjunto, investigan la precisión de los fenómenos ocurrentes en nuestro vasto universo. El profesor Miguel Ángel Méndez Rojas, retoma este discurso y lo lleva a una redacción amena de estas eventualidades.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el autor de este libro que se encuentra disponible en Profética, explicó que la ciencia es una actividad que genera en las personas la curiosidad de conocer cómo funciona el mundo aunque en ocasiones genera temor para acercarse, debido al miedo por no entender de lo que se trata.

“La ciencia es una actividad muy importante, no solamente en cuanto a sus impactos económicos o sociales, sino en nuestra capacidad de ver el mundo que nos rodea y para tomar decisiones críticas informadas.”

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Ciencia para todos

Méndez Rojas apuntó que en México existe una amplia oferta de textos de divulgación científica, que además de encontrarse al alcance de todos los bolsillos, se encuentran en casi cualquier librería.

“Estoy convencido de que textos de ciencia como éste son importantes para que todo mundo podamos apreciar cómo la ciencia, nos puede hacer un poco mejor seres humanos y ciudadanos.”

Dijo que en esta redacción ofrece un análisis científico desde una perspectiva muy particular, como resultado de la situación que se vive en México con respecto al ataque hacia la actividad de la ciencia y los científicos.

El por y para

El objetivo de la redacción, en palabras del entrevistado, fue el de sacar algunas cosas que estaban en su mente, que en la vida cotidiana como científico y ciudadano, consideró necesario compartir con el público lector, para que éste pudiera generar una reflexión de esta visión personal.

Con una redacción de aproximadamente tres años, el autor dejó plasmado su conocimiento adquirido en su trayectoria en el mundo de la ciencia, a través de situaciones diversas, como la “moda” de no vacunar a los niños o la ficción de algunas películas populares.

El reto

El académico consideró que todos como ciudadanos tenemos el derecho de aprender cómo funciona el mundo, y es labor obligatoria del científico, además de comprender estos procesos, poderlos traducir al resto de la comunidad; aunque consideró que es precisamente este compartir el reto de los investigadores.

“El reto es el lenguaje, porque a veces queremos llevar un lenguaje demasiado técnico y como que eso de inmediato aburre y separa al lector; entonces es un proceso en que tenemos que tratar de explicar, por ejemplo, uno como padre a sus hijos, o como maestro a sus alumnos.”

Niños en la ciencia

El escritor destacó que es necesario fomentar el desarrollo por la investigación en los niños, a fin de generar mejores personas y mejores ciudadanos.

Adjuntó que los niños son científicos natos, pues se plantean preguntas e intentan resolverlas a través de la experiencia y la experimentación.

En este sentido, mencionó que muchas veces es en las escuelas, o en la misma casa, donde los adultos frenan el desarrollo de estas inquietudes, lo que consideró un error muy común.