A los once, una nueva mirada al feminismo

La historia no sólo retrata la historia de dos niñas, a través de ella se crea una sororidad con el público.

Este año el Festival Ambulante 2020; tuvo que buscar opciones para poder llevarse a cabo, ya que debido a la pandemia del coronavirus su realización se veía truncada por las restricciones sanitarias al realizar eventos masivos. Afortunadamente las redes sociales han logrado que ese propósito.

Ambulante Más Allá es un proyecto de formación y producción presenta documentales creados en colectivo por jóvenes realizadores de Hidalgo, Querétaro y Puebla. Este año destaca el trabajo de mujeres en la mayoría de los cortometrajes.

A los once es un documental realizado por Zahira Aldana Ramírez, Nancy Samara Guerrero Miranda, María Fernanda Islas Montero, Aldo Alejandro Ter-veen Calderón bajo la dirección de Carolina Admirable García.

Es la historia de Isa y Zoe quienes son mejores amigas y sus personalidades activas y divertidas las unen haciendo entre risas, abrazos y secretos, nos adentramos en sus vidas y vemos cómo ellas descubren el mundo. A través de sus videodiarios, una exploración de lo que significa la aventura de crecer.

Carolina Admirable García (España, 1993) artista plástica en Ambulante Más Allá encontró nuevas formas de expresarse a través del cine y en entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, nos revela detalles del cortometraje que fue realizado en la ciudad de Puebla.

Carolina, ¿Qué tan complicado ha sido promocionar A los once desde casa?

−Creo que ahora que estamos en casa, las redes sociales están que arden, eso nos ha dejado publicar muchas cosas y Ambulante ha dado muchas oportunidades. Ha sido complicado porque hemos estado trabajando a distancia pero eso ya lo hacíamos porque no todos somos del mismo lugar, eso ya lo teníamos un poco más aclimatado. Para mí ha sido fantástico esta parte de la difusión de las redes sociales.

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No sólo las redes sociales han sido importantes, vemos en el documental el uso del celular como primer recurso para contar la historia.

−El móvil fue un recurso importante para contar bien las historias de Zoe e Isabela y para que ellas tuvieran ese momento de apertura ante la cámara. Hoy las redes sociales nos están invadiendo todo es tan rápido y efímero todo el tiempo estamos posteando algo y con el recurso de los videodiarios hay cosas que no nos perdemos. A mi hubiera encantado tener uno cuando era niña, yo hacía mi diario. Es cuestión de adaptarnos a las cosas que se hacen ahora.

En el cortometraje vemos que tocas dos temas importantes “la muerte y “la menstruación”, ¿cómo fue ese trabajo con las niñas?

−Fue con mucho respeto yo a estas niñas las admiro muchísimo. Las dos tienen una fuerza muy grande y de un valor enorme el dejarnos entrar a su vida en los momentos tan íntimos y personales nos muestra lo que nos pasa a todos a esa edad. Y aceptar que nos pasan y ver como las vivimos y cómo podemos decir: “Ya me bajo” o la primera vez que se me murió un animal -un hámster en mi caso-, la película conecta con muchos momentos de cuando eres niño.

La marcha que vemos en el documental ¿fue planeada?

−La marcha fue una sorpresa para mí y para el equipo; estaba platicando con ellas unos días antes del rodaje y me comentan que van a ir a la marcha. Para mí eso fue algo súper fuerte el que dos niñas fueran a una marcha y que tuvieran esa conciencia política de lo que estaba pasando además fue en Puebla en el 2019.

Para Isa era su primera marcha, Zoe ya tenía un poco más de experiencia, pero el verlas ahí como gritaban, como cantaban. Isa estaba al principio un poco tímida luego ya se fue soltando, fue, algo positivo esto hizo que ellas investigaran un poco más del feminismo e investigaran de otros temas.

Yo recuerdo que a mi edad no sabía de marchas, ni me pasaban por la cabeza y hoy en día las mujeres están tomando una conciencia política interesante y que bueno es para seguir y ojalá que no tuvieran que ir niñas y gritar consignas, ellas están viviendo muy tempranamente la realidad de lo que está pasando en México.

¿Cómo mujer fue difícil realizar el cortometraje?

−Para mí fue una gran oportunidad. La verdad muy agradecida con Ambulante Más Allá, mis compañeros de trabajo porque gracias a ellos se pudo realizar este cortometraje. Fue decisión de todo el equipo que fueran mujeres, una feminista, una fotógrafa, una productora, incluso una maestra que nos acompañó en el rodaje. Y como punto aparte quería tener un editor, Aldo para tener otra mirada.

Hay procesos que nosotros como mujeres entendemos muy bien, pero quería ver la relación de Aldo con esta película lo cual fue muy grato y estoy muy orgullosa, porque este años fuimos cinco mujeres directoras pero además hubo sonidistas, fotógrafas fue más la presencia de las mujeres.

Este proyecto fue muy bonito, se creó una buena vibra entre las niñas e incluso con Aldo, que no conoció a las niñas, hizo sororidad.

Carolina finalmente, agradeció la confianza de los papás para contar la historia de Isa y Zoe

“Agradezco a los papás para contar la historia de Isa y Zoe como de Diana de Bernardo de Alejandro por la confianza para contar esta historia porque no sé si a cualquiera lo hubieran dejado entrar a sus vidas, agradecer por ser tan increíbles”.


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