A un año de su deceso recuerdan a Rafael Coronel

La obra del artista zacatecano reflejan las expresiones humanas en una forma auténtica entre la realidad y el sueño.

A un año de su deceso, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerdan al autor de obras como: El Quijote, Tras de ti, Los amigos, Horizonte, Gallo, Peregrinos, El universo rojo, El reposo y Tiziano el moro, cuya influencia de Goya, Rembrandt, Uccello, Vermeer y Caravaggio está presente en la plástica del nuevo expresionismo mexicano.


Monjes, frailes y santos formaron parte de su imaginario, a veces real en otras se admira la total fantasía, así era la obra del pintor zacatecano Rafael Coronel (24 de octubre, 1931-7 de mayo, 2019), quien estudio en Escuela Nacional de Arquitectura, en México, luego cursó en la academia High American School y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.

Rafael Coronel por cuatro veces expuso su obra en el Palacio de Bellas Artes, además su colección de máscaras supera las 11 mil piezas en la actualidad, considerada la más grande del mundo. Además, realizó dos murales en el Museo Nacional de Antropología.


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Integrante de movimientos artísticos, como la Ruptura y el hiperrealismo, Rafael Coronel presentó su obra tanto en México, como en Estados Unidos, Bélgica, Italia, China, Japón, Puerto Rico y Brasil, entre otros países, invitando al público a conocer su propuesta creativa, absorta de una dramática teatralidad de las atmósferas cromáticas o la corporeidad y expresividad de los personajes.

Distanciándose de los temas nacionalistas y el muralismo mexicano de la época, Rafael Coronel desarrollaría su propio estilo, sobre el cual Salvador Elizondo comentaría: “Estas imágenes de Rafael Coronel no pertenecen ni a la realidad ni al sueño, alientan en esa zona intermedia entre una y otro en que parecen sueños, pero son reales, en que parecen reales, pero son soñadas”.

 

Otra de las características en su obra es el color, elemento importante para definir su estilo. Según especialistas, la obra de Coronel Arroyo refleja mucho las expresiones humanas en una forma auténtica.

Cabe señalar que en 1952, ganó un concurso de pintura que le otorgó una beca para estudiar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda en la Ciudad de México, además obtuvo el Premio Córdoba en São Paulo, Brasil, (1965) y el Primer Premio en la Bienal de Tokio, Japón (1975); en 1994 ingresó como miembro a la Academia de Artes.

En 1990, el artista realizó uno de sus más grandes proyectos: en el Ex-Convento de San Agustín, en Zacatecas, creó el Museo Rafael Coronel con cinco mil máscaras mexicanas (en la actualidad supera las 11 mil), 400 piezas prehispánicas, 1500 piezas de cerámica colonial, 200 títeres de la Compañía de Rosete Aranda y 100 dibujos de Diego Rivera.


 

 

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