El dramaturgo mexicano Humberto Robles caracteriza su obra con una crítica social que busca hacer “teatro útil”; aborda temáticas actuales que son parte del día al día de los mexicanos.

Algunas de sus obras más representativas son: Mujeres de arena (2002), una historia que aborda los feminicidios en Ciudad Juárez; Nosotros somos los culpables, basado en el libro de Enrique Osorno que narra los sucesos ocurridos en la Guardería ABC; y La noche que jamás existió (2010), con la cual ganó el Premio Nacional de Dramaturgia “Emilio Carballido” en 2014.

¿Existe alguna temática en particular de la que le guste escribir?

—Uno de los hilos conductores de mis obras es la crítica social, que realizo a través de distintos géneros como el teatro documental, el cabaret, la comedia y el teatro histórico. Todo lo que abordo son problemáticas que como sociedad tenemos, y esto ha sido muy atractivo en diferentes latitudes del mundo. He encontrado un lenguaje universal que a la gente le gusta y con el que se sienten identificados; ése es uno de los mayores méritos.

Al escribir sobre la realidad, ¿cómo construye los personajes?

—En mi caso, algo que es muy importante es hablar con la gente y escucharla. Todo lo que vas escuchando es una manera de ir construyendo personajes, porque eso los hace únicos y más humanos; por eso es que el público se identifica con ellos, porque te ves reflejado y te das cuenta de que eso también te puede pasar. En ocasiones me han abordado personas para decirme que sus historias son iguales a las de mis personajes, y eso es lo mejor.