[Crónica] Muestran universitarios músculo y unidad

Por todas partes de la capital poblana los universitarios dejaron sentir su poder, unidad e intensidad para ser escuchados por las autoridades.

¡Todos a las calles! Universitarios de instituciones privadas y públicas, de decenas de licenciaturas y posgrados, profesores y administrativos llenaron las vialidades de la ciudad en busca de una demanda… justicia.

“¡Ximena!,” y en coro miles de voces respondieron, “¡presente!”. Después, “¡José Antonio!”, “¡presente!”; y finalmente, “¡Javier!”, “¡presente!”. Momento emotivo en diferentes puntos del trayecto del contingente. 

Según cálculos de una de las instituciones participantes, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), participaron en la movilización hasta 150 mil personas, que exhibieron su fuerza en la Zona Esmeralda de la ciudad, por la Avenida Juárez. 

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También mostraron músculo en el área de Ciencias de la Salud de la BUAP, de donde salió el grupo más numeroso, ya que representó a 60 por ciento de los asistentes, según estimaciones de los organizadores.

“¡Ni una bata menos, ni una bata menos!,” arengaron los jóvenes, mayoritariamente vestidos de blanco, para recordar a los transeúntes y testigos de su marcha que son médicos y demandan justicia y seguridad.

Por todas partes de la capital poblana los universitarios dejaron sentir su poder, unidad, intensidad porque las autoridades los escucharan. 

Del norte y oriente de la Angelópolis llegaron alumnos del Instituto Tecnológico de Puebla y de la Universidad Tecnológica de Puebla, con el mismo ánimo que el resto, quienes ya en conjunto formaron un grupo que iba desde Juan de Palafox y Mendoza en su cruce con el Bulevar Héroes del 5 de Mayo, hasta la Avenida Juárez y la Calle 25 Sur; pero en paralelo, también sobre las vialidades de la 13 Sur hasta la 17 Poniente.

“¡No somos cinco, no somos cien, señor gobernador, cuéntenos bien!,” corearon en diferentes ocasiones, sin dejar de lado las de mayor relevancia, por la violencia que dejó como resultado el asesinato de cuatro personas.

“¡Tiemblen y tiemblen asesinos, porque todos los estudiantes ya estamos unidos!;” “¡¿por qué, por qué, por qué nos asesinan, si somos el futuro de América Latina?!”; y “¡van a volver, van a volver, las balas que disparaste van a volver; la sangre que derramaste, la pagarás; los estudiantes que asesinaste, regresarán!” 


Los universitarios dejaron el miedo atrás

Salieron como no sucedía en 60 años, cuando otra generación, a causa de problemas sociales, contribuyó a la defenestración del entonces gobernador Antonio Nava Castillo; y más tarde, también del mandatario Gonzalo Bautista O’Farrill.

Ímpetu, también lealtad a sus instituciones educativas; honor y fortaleza, caracterizaron a los muchachos, unos con pancartas en mano en las que expresaron su indignación.

“Ni terroristas ni delincuentes. Estudiantes y conscientes;” “pensé que matarse estudiando era en sentido figurado”; así como “¿Y nuestra seguridad?”, entre los mensajes de protesta que aparecieron en cada centímetro de la histórica manifestación

Ni el sol, que cayó a plomo desde la mañana, ni la maratónica jornada y el kilometraje recorrido, menos la larga espera por una respuesta de la autoridad, desmotivaron a los jóvenes.

Decenas de personas se colocaron en puntos clave para regalar agua, comida, alentar a la lucha de sus hijos, amigos y conocidos, simplemente alumnos que demandan cesen los asesinatos de los suyos.

En Casa Aguayo, donde no se pudo ver la retaguardia del grupo hasta tres horas después de que llegó el primer bloque, al menos 30 elementos de la policía resguardaron la zona, apoyados con vallas previamente colocadas.

Hasta la zona de protección salió el gobernador Miguel Barbosa, quien ofreció diálogo a los estudiantes. No obstante, les pidió mantener el movimiento libre, sin que fuera controlado o manipulado por intereses ajenos a los que motivaron la movilización. 

Jóvenes con batas blancas y manchones de color rojo que simulaban la sangre derramada de los estudiantes; gritos de angustia en un performance de alumnos de artes, para expresar el dolor; los puños en alto de miles, para dar cuenta de su poderío y unidad, retumbaron en la sede gubernamental.

 

Ayer nadie se achicó

Los universitarios caminaron juntos en espera de que su comunidad no sea víctima, una vez más, de la delincuencia, de la violencia que como a Ximena, José Antonio y Javier, les cortó la vida.

 

Fotos de Karen ROJAS

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