Agencia Enfoque | Piden que el crimen no quede impune. Mis hijos salvaron vidas de delincuentes, hoy me los mataron: padres de colombianos asesinados
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La madre de Antonio Parada aseguró que estará pendiente del caso desde Colombia.
“La muerte de nuestros hijos podría ser el inicio de un cambio para México, para que termine la ola de violencia”, expresaron los papás de los universitarios asesinados en Huejotzingo, Puebla.
Posterior a una misa que se celebró en la capilla de la UPAEP, los familiares exigieron que los crímenes de sus hijos no queden impunes, incluso, la mamá de José Antonio Parada Cerpa, Angélica Leonor Cerpa sentenció que desde Colombia estará pendiente de las investigaciones.
El papá destacó que los jóvenes “salvaron vida de delincuentes” también, como parte de su internado, porque resulta que la salud, los médicos, hospitales tienen que atender a cualquier persona.
“Por qué vienen estos bellacos y me les quitan la vida, no hay palabras; pedimos justicia pero fuertemente pedimos justicia, al mundo, a las autoridades, a la ley, aunque a veces la ley protege al delincuente, manifestó.
También lee: Estamos hasta la madre, gritan estudiantes ante inseguridadPuntualizó que en carne propia vive la corrupción de los paises cómo se vive en Colombia, “yo también sé que se vive aquí (México) eso también hace que la impunidad exista y esté de moda”.
Con la voz entrecortada, el señor agregó que los jóvenes eran unos que tenían un sueño enorme y ser los mejores médicos del mundo, “ese era el sueño de ellos. Ese sueño desde el primer semestre que se conocieron, José Antonio y Ximena y que tomaron esa decisión de hacer ese internado en la ciudad de Puebla”.
La señora agregó que su hijo se vino a México con mucha ilusión, y el joven había crecido mucho personal y profesionalmente.
Por su parte, los padres de Ximena, Jorge Enrique Quijano Palacios y Sonia Hernández Barreto, lamentaron que México les haya quitado a su hija.
Coincidieron en señalar que todo aquel que quiera estudiar medicina están “locos” porque no le importaban turnos de más de 24 horas.
“Mi Ximenita tenía algo bello: amaba su carrera, amaba su universidad donde se formó en Colombia. Ella quería seguir estudiando aquí en México, en Puebla, quería hacer su especialización en México y México me la quitó”, explicó el señor.
