Las mujeres cobran por el acto sexual de 50 a 150 pesos, más 50 pesos adicionales si hacen uso de algún cuarto de hotel dentro del primer cuadro de la ciudad.

Otras, en su desesperación ofrecen un servicio rápido de 10 a 20 pesos en algún baño de un mercado municipal.

Durante el recorrido, se apreció que hombres de todas las edades, sobre todo jóvenes y mayores de 30 años, son los que más se acercan a las mujeres que ofrecen sus servicios.

Cifras de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (Catwlac) señalan que 80 por ciento nació en la capital del país y fue trasladado a algún lugar del interior del territorio mexicano para ser prostituidas.

“Por necesidad nos dedicamos a este oficio”

La falta de empleo y el ganar dinero para mantener a sus hijos ha orillado a mujeres de todas las edades a ejercer la prostitución, pese a los abusos que sufren.

María de Lourdes Hernández Castillo es representante legal de la Unificación de Sexoservidoras AC, quienes a principio de año encabezaron diversas protestas para exigir su derecho al trabajo, el freno de abusos de funcionarios y establecer una zona de tolerancia.

Lleva 10 años en esta actividad. Cada servicio de 15 minutos lo ofrece a 130 pesos, más 60 para la renta de un cuarto de hotel.

Ha llegado a tener hasta 10 relaciones en un solo día, sin que nadie la obligue, lo hace por cuenta propia.

Es madre de dos adolescentes, a quienes les paga sus estudios y gastos personales.

Asegura que sus hijos la apoyan en ejercer su oficio y sólo busca que con estudios puedan ser mejores personas y que su vida sea diferente a la de ella.

“Quienes nos dedicamos a este oficio, lo hacemos por necesidad. Tenemos familia y requieren ser atendidos. No es fácil lo que hacemos, pero debemos llevar sustento a nuestros hogares porque somos cabeza de familia.”

Indicó que es urgente que se atiendan sus demandas para frenar abusos, ofensas e inseguridad.