Andy Ruiz, la continuación del milagro

Para el mexicano, la revancha contra Anthony Joshua será una oportunidad de demostrar que lo mejor de los milagros es que pueden tener continuación

Ruiz, de 30 años, protagonizó la más grande sorpresa del pugilismo profesional en este siglo, al noquear el pasado 1 de junio en siete asaltos al portentoso Joshua, en una pelea en la que salió con las apuestas en contra por 33-1 y se impuso luego de levantarse de la lona en el tercer asalto.

Con una ofensiva en ese mismo asalto y un ataque definitivo en el séptimo, el retador se hizo con los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo, la Organización Mundial de Boxeo y la Federación Internacional de Boxeo, los cuales saldrá a retener en Arabia.

La tragedia de Joshua en esa pelea, la primera perdida de su vida, empezó justo cuando tenía todo a favor. Con un gancho de izquierda derribó al mexicano con signos de obesidad y 15 centímetros más pequeño. Se veía venir el fin, las apuestas a punto de cumplirse, pero Ruiz se levantó como una hidra que se le escurrió al Hércules británico, se le fue arriba y le propinó una cuenta de protección.

Joshua reconoció más tarde que no liquidó al rival cuando pudo. Subestimó a un Andy sin nombre en el pugilismo mundial, que después de un par de asaltos tranquilos pareció poseído por el espíritu de Mohamed Alí o de otro grande de la historia y con potentes combinaciones derribó al gigante.

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El regreso del chico malo

Sin oportunidades de peleas buenas, con deudas y los años encima, hace alrededor de dos años Andy Ruiz se dejó influenciar por amigos y abandonó el gimnasio. Estuvo a punto de dejar el boxeo cuando se enteró que el estadounidense Jarrell Miller, rival de Joshua por el título mundial, dio positivo de dopaje.

Pidió una oportunidad por redes sociales para sustituir al castigado como rival del campeón, pero el apoderado del inglés, Eddie Hearn, no le hizo caso. Sólo cuando se cayeron otras opciones, aceptó de mala gana al mexicano que se jugó su futuro en una pelea.

“Había perdido todo por andar en malos pasos y cuando subí al cuadrilátero tenía hambre, debía ponerme las pilas porque la vida se me iba,” comentó Ruiz días después de convertirse en el nuevo chico malo del boxeo.

Suena lógica la explicación de Joshua de que no aprovechó para rematar al rival cuando pudo, pero la victoria de Ruiz fue por su propio mérito.

Cuando se levantó del piso impuso su mentalidad, a lo que se unió un boxeo exacto. Su cintura, esa parte de su cuerpo con tejido adiposo que tanto odió cuando lo acosaron en la escuela por “gordito”, se movió para ayudarlo a escapar de los ataques del contrario. Su defensa fue férrea y su potente pegada lastimó al campeón olímpico de Londres 2012, que tardó días para asimilar el revés.

Este sábado, el King Fahd International Stadium de Riad será escenario de una pelea de difícil pronóstico. El moreno de 1.98 metros de estatura Anthony Joshua buscará recuperar sus fajas, ante un campeón que ha bajado de peso y mostrará una velocidad inusual en la división pesada.

“En la primera pelea Andy Ruiz acabó con la mente de Joshua, que no supo reponerse de la sorpresiva andanada de golpes. En las últimas semanas se ha visto a un Joshua físicamente soberbio, y Andy ha bajado de peso. El británico deberá mantener a raya al mexicano con su jab, pero un boxeador es uno antes y otro después de caer a la lona, y hay que ver cómo se presenta Anthony. Es mejor boxeador, pega más, pero la mente de Andy es fuerte,” aseguró el analista Jorge Ebro, una de las voces en español más autorizadas para hablar de boxeo profesional.

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Andy Ruiz: este gordito está entrenándose duro

Cuando habla ante los medios, el campeón mundial de peso pesado es como un niño que a toda hora califica a su papá de héroe y manda mensajes a su mamá. Otra es su imagen en el cuadrilátero y en los entrenamientos, donde ha cumplido sesiones duras en las últimas semanas guiado por el entrenador Manny Robles.

“Este gordito está entrenándose duro, no te hagas ilusiones, Eddie,” dijo hace poco el mexicano en un mensaje al promotor de su rival.

Con la confianza que da ser dueño de tres de los cuatro cinturones de peso completo del boxeo profesional, Andy Ruiz está seguro de lograr la victoria en la segunda pelea ante Joshua, para luego retar al campeón mundial del Consejo Mundial de Boxeo, el estadounidense Deontay Wilder.

“Quiero agarrar todos los cinturones, ésa es mi meta,” ha repetido en los últimos meses Ruiz, mientras su rival de turno insiste en no justificarse por su revés de junio.

“Tomé la victoria como hombre, sin culpar a nadie. Él es el mejor, voy a ganarle y demostraré mi grandeza. Quiero que se inclinen ante mi después de la victoria,” aseguró Joshua, apenas cinco semanas más joven que el rival.

Aunque nació en California, Ruiz representa a México desde que intentó integrar la selección del país para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Previo a la próxima pelea ha defendido su “mexicanidad” y a veces habló alto sobre el tema.

“Me siento más mexicano que muchos nacidos en el país. Siempre peleé por Mexicali, por México, por mi raza”, ha repetido.

Hoy Andy Ruiz expondrá sus títulos mundiales en una de las peleas más esperadas del año. La bolsa que ganará le permitirá vivir cómodo el resto de su vida, pero su gran motivación será volver a vencer a Joshua y demostrar que en el boxeo a veces lo mejor de los milagros es que pueden tener continuación.

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