Enrique Serna: La maldad es una curiosidad morbosa

El escritor dijo que tiene afición por escribir sobre personajes polémicos; explora la maldad que hay en ellos

Enrique Serna es uno de los escritores mexicanos más reconocidos de las letras hispanoamericanas. Sus obras tienen una característica que las distinguen de otros escritores realistas, ya que reconstruye la psicología de protagonistas como Antonio López de Santa Anna o Carlos Denegri. El escritor se mete en el pensamiento de los personajes y muestra otro panorama de ellos.

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Ha escrito muchos libros, entre los que destacan El orgasmógrafo, El seductor de la patria, Fruta verde y Señorita México, por mencionar algunos. En cada uno de sus libros el lector puede disfrutar de una obra con calidad y, sobre todo, con un trabajo hemerográfico impecable.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, Enrique Serna relató cómo la curiosidad lo ha llevado a escribir sobre los personajes más enigmáticos de la historia de México, donde la línea entre el odio y el amor hacia ellos parece no tener un inicio y un fin.


¿Por qué escribe sobre personajes históricos polémicos?

—Para mí la investigación de la maldad es una veta literaria muy interesante, porque nos hace descubrir ángulos poco explorados de la condición humana.

“A mí me atrae como les atrae, por ejemplo, a los niños abrir en canal una lagartija para ver lo que tiene dentro. En mi caso disecciono la maldad, es una especie de curiosidad morbosa que creo que puede dar buenos frutos en la narrativa.”

 

¿Qué reto representa reconstruir la personalidad de los personajes?

—Es muy complicado, debe de haber una compenetración emocional fuerte. Más o menos como los actores que siguen el método de Stanislavsky y que tratan de meterse en el alma de sus personajes.

“Creo que primero hay que transmitirle vida a un personaje, para convencer al lector de que se involucre dentro de sus pensamientos; ésa es la tarea fundamental de un escritor realista.”

 

Actualmente el número de escritores está creciendo exponencialmente, ¿Considera que en la actualidad estamos viviendo un boom en la literatura?

—Boom no creo que exista, porque es un término publicitario para referirse a cuando hay un grupo de escritores que tienen un enorme éxito; eso no lo veo, entre otras cosas, porque en México el público de la literatura es muy escaso. Es un país donde se lee poco.

Finalmente eso no afecta la creación literaria y ha habido casos en la literatura, hispanoamericana de grandes escritores que surgen en países donde nadie lee, como fue el caso de Rubén Darío en Nicaragua; la cantidad grande o poca de lectores no determina la calidad de las obras literarias.

 

¿Para quién escribe?

—Yo escribo para cualquier lector que esté dispuesto a hacer un esfuerzo imaginativo para completar el significado de mis obras. Mi intención es aportarles algo enriquecedor, algo que los haga reflexionar sobre su propia vida, sobre la historia y sobre el mundo en el que viven.

 

¿Ve en la literatura una vía de transformación?

—La literatura realmente no transforma a las sociedades, o las transforma de una forma muy lenta; lo que sí puede hacer es cambiarles la vida a los individuos. En ese sentido sí, porque les abre horizontes y transforma a los borregos en personas conscientes y pensantes.

 

El pasado jueves, Enrique Serna presentó su libro el Vendedor de silencio en el edificio Arronte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Es el noveno en su carrera. Narra la historia de Carlos Denegri, célebre periodista que fue asesinado por una de sus amantes. Denegri es considerado uno de los más brillantes en la historia de nuestro país, pero también uno de los más viles y misóginos. Denegri se caracterizaba por vender su silencio.

 

 

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