Muestran cuadros que encargó Salinas en Los Pinos

“De lo perdido, lo que aparezca” es una exposición con cierto morbo, pues sobre ella pesa la duda de si realmente fueron 33 piezas las que se encargaron

El Complejo Cultural Los Pinos, espacio que tradicionalmente sirvió de residencia presidencial y que resguardó las obras de arte durante casi tres décadas, ahora muestra los 33 cuadros que encargó en 1993 del entonces presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

“De lo perdido, lo que aparezca” es una exposición con cierto morbo, pues sobre ella pesa la duda de si realmente fueron 33 piezas las que se encargaron, o hubo algunas más que se sustrajeron y no estaban en la bodega de la que fueron sacadas hace unos meses.

Las respuestas probablemente se hallen en las paredes mudas del majestuoso espacio por el cual se han distribuido las obras.

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El recorrido

El curador en jefe del Museo de Arte Moderno, Carlos Molina, contó que, seguramente, el interés y el “misterio” que provoca la exposición se debe a que el edificio no era de acceso público en los regímenes pasados.

“Cualquiera puede sentirse interesado en saber qué pasaba (en la casa presidencial), en saber dónde estaban los cuadros,” agregó.

“Cada presidente de México usó los cuadros como le vino en gana, ubicándolos al gusto sobre el espacioso domicilio”

Pese al misterio, el experto en arte apeló a los hechos que se conocen: “Solamente tenemos una claridad: (Salinas) encargó 33, que son estos 33 que están a la vista, y no sabemos si después ocurrieron otros encargos, o si por allí estén otros cuadros.”

Fueron algunos de los más talentosos artistas mexicanos de finales de los años 80 y principios de los 90 los que tomaron el encargo del exmandatario, quien quería una colección que expresase qué significaba ser mexicano.

Los artistas

Algunos artistas como Rafael Coronel optaron por el plano metafísico y espiritual para definir desde la abstracción qué es ser mexicano. No es de extrañar, pues un pilar sobre el que se sustenta la cultura mexicana es el respeto a los muertos, la veneración por los que ya no están.

Esto se ve claramente en la obra El fantasma, de Alejandro Colunga, colgada en una de las salas, frente a La violencia y la intolerancia, de Coronel.

También están presentes las obras de artistas como Lauro López, Francisco Toledo, Sergio Hernández o Vicente Rojo. Todos los cuadros se pintaron en 1993 con excepción de Los volcanes, de Luis Nishizawa, que data de 1990.

De los 33 artistas que participaron en el encargo de Salinas, únicamente 16 siguen vivos hoy.

Algunos enviaron una carta en diciembre de 2018 pidiendo explicaciones sobre dónde estaban los cuadros que pintaron, luego de que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador anunciara que no utilizaría a Los Pinos como residencia presidencial.

“De lo perdido, lo que aparezca”

Molina también tuvo palabras para el título de la muestra, “De lo perdido, lo que aparezca,” un refrán mexicano que expresa conformidad y alegría ante lo que pueda recuperarse de algo que se había perdido.

Molina apuntó que el título es “una clara alusión a lo que todo el mundo pensamos, un poco de humor para este espacio.”

La exposición está abierta al público hasta los últimos días del año.

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