Cineteca rinde homenaje a Buñuel

La muestra “Buñuel en México” tiene más de 300 piezas, desde fotogramas hasta guiones y reflexiones del maestro del surrealismo

México adoptó con los brazos abiertos al gran cineasta Luis Buñuel cuando emigró de España y también es el lugar donde pudo dar rienda suelta a sus obsesiones como artista, las cuales quedan expuestas en una exposición en la Cineteca Nacional.

A través de 10 módulos, el espectador puede ver los pormenores y las historias de las 22 películas que hizo en México a través de objetos y curiosidades que recomponen la memoria del artista.

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Las filmografías

Gran Casino (1947), la primera película que hizo en el país, Simón del desierto (1965), o la subversiva Viridiana (1961), que le hizo alzarse con la Palma de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cannes son algunas de las obras que abren la puerta a la cabeza del cineasta.

Y es que, mientras se recorre la muestra, la gran mayoría de textos son escritos y pensamientos del propio Buñuel (Calanda, 1900-Ciudad de México, 1983) recopilados durante el paso del tiempo, aquí convertidos en una suerte de voz que surca la cabeza del espectador.

“No sabemos lo que hay en el fondo de la paranoia (...) El paranoico puede ser el hombre más cuerdo y razonable mientras no se le toque su punto flaco,” puede leerse en algunas de las paredes de la sala de exposiciones de la Cineteca Nacional.

Las obsesiones

Si algo destacaba el cine de Buñuel era la capacidad de ahondar en los terrenos grises del ser humano, en las obsesiones y deseos subrepticios, por aquel entonces poco explorados en el cine. Una parte de la exposición se enfoca precisamente en exponer esas obsesiones a través de imágenes, textos y otros elementos.

El director de la Cineteca Nacional, Alejandro Pelayo, contó algunas de estas constantes presentes en su cine.

“El erotismo que él siempre lo ubica en los pies, en los muslos de los personajes, en la presencia de animales. Son elementos que sin ver exactamente qué significan porque a él le molestaba dar un significado a los elementos,” afirmó.

Mencionó “el deseo insatisfecho, el deseo frustrado,” que puede verse desde Un perro andaluz (1929) hasta sus últimas películas.

Otro de los intereses del cineasta eran las imperfecciones, plasmadas a través de la diferencia física.

“Me gustan los enanos. Admiro su seguridad en sí mismos,” puede leerse en una de las paredes de la exposición.

Otra frase presente en la muestra, también desafiante, es la del escritor mexicano Carlos Fuentes: “Los pobres no son forzosamente buenos y los ricos no son forzosamente malos (...) Buñuel enjuicia a todos los órdenes sociales al tiempo que libera nuestra percepción de los marginados, los deformes, los mutilados, los necrófilos.”

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