Los regímenes responsables de la expansión del Covid

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Invitados del Tec


Mayo 24, 2020

Por Fernanda CARDOSO



A tres meses de que la pandemia del coronavirus pusiera al descubierto la falta de desarrollo que tenemos a nivel internacional para afrontar este tipo de amenazas, la comunidad internacional ha sufrido el desengaño de las grandes potencias, que poco han hecho para contener un virus que hasta hace seis meses era sólo conocido por algunos especialistas en la arena internacional. Muchas han sido las acusaciones de la comunidad médica hacia el régimen chino, al asegurar que el peligro potencial de la mutación del coronavirus había sido advertido por muchos especialistas tiempo antes de que éste se convirtiese en el único recordatorio de que la especie humana puede desaparecer por una enfermedad.

Si bien el gobierno de Xi Jinping ha desmentido dichos señalamientos, es importante empezar a cuestionarnos el papel que tienen los regímenes políticos en la expansión de la pandemia. Analizando el mapa, podríamos llegar a la falsa conclusión de que son las potencias las que más complicada han tenido esta travesía denominada Covid-19. No obstante, es preciso esbozar un sistema internacional donde podamos explicar cada una de las variables de los sistemas políticos que intervienen en la interpretación de la expansión del virus.

Cierto es que la pandemia ha dejado al descubierto todas las fallas de los sistemas de salud pública en más de un país. Claramente, ningún gobierno estaba preparado en materia de infraestructura para responder ante una crisis de tal magnitud, pero pensar que la respuesta de los gobiernos está en función de dónde se inscriban dentro del espectro político, es omitir el hecho de que países tanto de izquierda como de derecha se han visto severamente afectados.

El verdadero análisis se encuentra en la peligrosidad de la relativización de los instrumentos de medición. No es difícil imaginar que algunos países que no figuran en el mapa con un gran número de contagios puedan ser los mismos que utilizan un método tan turbio con el “centinela”, que tanto promovía nuestro subsecretario de Salud, dejando datos bastante vagos respecto a los verdaderos contagios.

Las convenciones internacionales para medir economía o salud pública fueron, y son, elaborados para tener una interpretación unánime de aquello que nos interesa contabilizar o medir. También nos ayudan a tener un estándar sobre el cual podamos tomar decisiones. El verdadero problema de la relativización está en pensar que todos los actores internacionales aceptarán “las nuevas reglas/la nueva normalidad”. Pensar que el escenario internacional acepte que México no tiene casos de Covid sino de “neumonía atípica”, es tan absurdo como pensar que el PIB de los países ya no debe ser un indicador que defina qué tanto crece o decrece la economía.

 

* Directora Regional del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno. Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla 


Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla.



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