Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Marzo 30, 2020

Quién iba a decir que los mexicanos por cuenta propia a falta de autoridad nos encerraríamos en nuestras casas, que aprovechando la tecnología haríamos reuniones virtuales, y trabajaríamos desde nuestros hogares, que no podríamos besarnos, abrazarnos, y apapacharnos.

Y más allá de lo que vivimos los habitantes de nuestro planeta, la naturaleza ha recuperado el terreno perdido, y hoy es maravilloso ver como los pájaros desde temprana hora alegran con su trino nuestro despertar. Jabalíes han salido a pasear a las calles de Barcelona, un tigre se aventura a hacer suyas las calles de Santiago de Chile, y los delfines regresan a las costas.

Paradojas de la vida, quién diría que un día los seres humanos estaríamos enjaulados y los animales obtendrían su tan ansiada libertad, sin el riesgo de ser perseguidos. Su principal depredador se encuentra literalmente en pausa, por temor de adquirir un virus que ha exterminado miles de vidas.

Tristemente un sin número de mexicanos habrán de perecer en el intento de subsistir cada día, me refiero a aquellos vendedores de fritangas, golosinas, aguas frescas, que viven de manera cotidiana de la venta de sus productos. Aún hay niños que ofrecen chicles en el semáforo de nuestras avenidas, y hasta indígenas que deambulan como perdidas, que llevan a tres críos de la mano, y al más pequeño acunado en su regazo con ayuda de un rebozo, cual paisaje urbano de nuestro México.

En contraste, en muchos hogares los padres han vuelto a casa a cuidar a sus retoños, a conocerlos e intercambiar risas, a cuidar que cumplan las tareas de cada día porque no son vacaciones, es una pausa obligada, que implicará redoblar esfuerzos para el sustento de la familia, y amarnos los unos a los otros con la sana distancia.

Hoy estamos aferrados como he mencionado a nuestros hogares, al gel anti-bacterial, al spray Lysol, al cloro, a mantenernos aún más a distancia de nuestros amados padres y abuelos, adultos mayores que son el grupo de mayor riesgo.

Prevalece la incertidumbre, la misa dominical se ve por televisión, las iglesias permanecen cerradas, ya que de otra forma se incrementaría el número de infectados por el poderoso enemigo Covid-19.

Hoy hay tiempo de meditar y orar por los menos favorecidos, por los muchos mexicanos que en sus colonias carecen del vital líquido, cuando la pandemia exige limpieza extrema. Es difícil y desolador pensar que miles habrán de fallecer en nuestro México, y no por pesimismo, porque como digo pesa más el salir a la calle para sobrevivir y poder llevar el sustento de cada día a las casas, y no juzgar que la causa de que muchos deambulen por las calles es vil ignorancia.

Obviamente los asaltos a mano armada continuarán, porque ante la contingencia muchos han sido despedidos de sus trabajos, y la desesperación conlleva a obtener el recurso de la forma que sea, no justifico la delincuencia, pero nuestro país tiene una economía precaria, y el bolsillo de muchos mexicanos está vacío.

A últimas fechas escucho que el Hospital de Nutrición estará abocado a atender los casos por Coronavirus; que en Perinatología se atenderán los embarazos, y no dejo de pensar en aquellos enfermos que requieren una cirugía urgente ajena al virus, esos pacientes que carecen de seguridad social, se encuentran en el olvido total por lo visto, porque de ellos nadie ha dicho nada.

En fin, son tiempos memorables, de sabores y sinsabores, habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos, permanecer en cuarentena, y a través del televisor y las redes sociales, disfrutar el gozo de ver que los animales de la naturaleza han recobrado el terreno que a causa del ser humano habían perdido. Las jacarandas también lucen hermosas esperando la llegada de la Semana Mayor. Confiemos los católicos en que el Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, y hermanados con otras naciones oremos porque el Coronavirus aplaque su ira y no cobre más vidas.

 

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Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla.


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