¿Qué sigue después del paro de mujeres 9M?

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Natali ARIAS


Marzo 08, 2020

El paro de mujeres convocado para este 9 de marzo, desde colectivas feministas — ojo, no desde partidos políticos, ni desde empresas—, ha logrado la mayor confluencia de todos los tiempos.

Se espera que muchas mujeres se sumen al paro, no sólo ausentándose de sus actividades laborales, también suspendiendo el trabajo de cuidados —como llevar a las crías a la escuela, cocinar o limpiar—, dejando de consumir o dejando de participar en redes sociales. Muchas participarán en espacios de autocuidado que han generado con otras mujeres; o en paros activos; donde protestan vistiendo una prenda aludiendo al día. En fin, una protesta diversa, una metáfora de la ausencia de cada una de nosotras en nuestros espacios cotidianos, pero también en el sistema económico, político y social.

La acción del 9 de marzo ha estado rodeada de suspicacias, oportunismo y, por qué no decirlo, de malos entendidos. Desde aquellos que han querido politizar la protesta o colgarse del tema, pasando por quienes nos llaman “de derecha”, y hasta quien, en un alarde de ignorancia, nos ha acusado de “viejas huevonas”.

Lo cierto es que el paro es un silencio que sucede a un grito de alerta, el del 8 de marzo, donde muchas mujeres saldrán a la calle a protestar, a gritar, a cantar, a encontrarse con la rabia y la indignación de las otras.

Todo lo anterior nos coloca en una tesitura especial. Hoy muchas mujeres se preguntan: ¿y qué hay después del paro? Así que me animé a generar estos apuntes, para provocar y sobre todo para proponer que esta discusión se extienda. Comencemos.

Nada más significativo que reconocer este paro como un proceso potente, generador de otras posibilidades y no sólo como un fin. Con lo anterior, hago un llamado a cuestionar y discutir todo lo que ha generado antes, durante y después. Caminar más allá del 9 de marzo.

Generemos cuestionamientos respecto de todos los actores que se involucraron en las muestras de apoyo, y por supuesto de las y los detractores. Algunas pistas para preguntarnos: ¿por qué tal sector apoyó este paro o para qué lo apoya?, ¿por qué tantas mujeres se sintieron interpeladas por esta acción?, ¿qué nos provocó?, ¿por qué muchas tuvieron miedo?, ¿por qué los hombres se apresuraron a decir que sí nos daban permiso?, ¿por qué son ellos los que otorgan los permisos?, ¿por qué para algunos fue más fácil suspender actividades, antes de arriesgarse a un paro? ¡Ah, ¿verdad?!

Hay que reconocer la fortaleza de organizarnos masivamente en una acción que genera repercusiones tan complejas y significativas. Somos nosotras las generadoras de esta gran sacudida nacional, no lo olvidemos.

Siguiendo en la línea del paro como proceso, éste ha cumplido parte de su cometido al develar la violencia de algunos empleadores, empresarios e instituciones. Por ejemplo, las amenazas de ciertas instituciones contra sus trabajadoras en caso de que decidan sumarse al paro; y por supuesto, el reconocimiento de las trabajadoras de que esto es una forma de violencia. Por cierto, si necesitan “quemar” públicamente a sus empresas, acudan a su feminista de confianza, les podemos ayudar.

Apostemos a seguir sumando en acciones colectivas que sirvan para visibilizar las desigualdades que enfrentamos como población de mujeres. Estar atentas de otros llamados a la acción, informar a nuestras compañeras, amigas, familias sobre la importancia de estas protestas. Es también tarea que se debe seguir haciendo.

Finalmente, para todas las mujeres que se sumaron a este paro, compartan con las otras —las que no pudieron o no quisieron— cómo lo vivieron, qué sensaciones les dejó, qué pasó con su círculo cercano, etcétera.

Desde lo más profundo de mi corazón feminista, deseo que esta confluencia sea parteaguas para más respuestas colectivas. Frente a tanta violencia de género e impunidad contra este tipo de delitos, nos urge encontrar acciones entre nosotras. Pensar que somos creadoras de alternativas, que nuestra fuerza es parte de la transformación y que lo podemos hacer juntas, es posible.

P.D. Súper tache a los hombres que se aprovecharon de esta acción e hicieron su puente. Súper tache a las empresas que salieron a aprovecharse de la fecha vendiendo productos maquillados de apoyo a las mujeres; y más tache a aquellos que anduvieron difundiendo esa imagen horrible que decía que antes de hacer paro, las mujeres deberían cuidar mejor a sus hijos/as. No han entendido nada y son parte del problema.

 

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