La Historia del Clericot

  • URL copiada al portapapeles

Joakim Tellez


Marzo 04, 2020

Por si no lo conoces, te lo presento. Se llama Clericot y es un regalito de los ingleses. Llega la primavera y es ideal para festejos entre amigos. Esta bebida tiene como protagonistas a las frutas y al vino, aunque también va muy bien con sidra o champagne.

De dónde viene

La historia culinaria del Clericot se remonta a la época en la que el Imperio Romano se apoderó de Francia y Gran Bretaña, lugar que dominaban los celtas. Cada 31 de octubre, éstos festejaban a Samahin, caballero de la muerte celta, y lo hacían con el tradicional vino tinto con frutas remojadas.

Por otro lado, los romanos festejaban en esa misma época a la diosa de los frutos y los árboles, y también lo hacían con la tradicional vid remojada en vino tinto y otros frutos. De esta manera, se considera que ésta fue la primera aparición de lo que hoy llamamos ‘clericot’ en la historia de las bebidas.

Por aquel entonces, estas creencias y culturas se fusionaron y de ahí nació este brebaje tipo coctel de frutas, del que se creía que quien bebía de ella, sería poseído por un espíritu (porque embriagaba y transformaba a las personas).

Mitad del siglo XIX

Para esta época, el vino era un producto de los más consumidos en las sociedades de toda clase. En el momento en que los expatriados británicos vivían en la región de Punjab, en La India, como no estaban acostumbrados a temperaturas tan elevadas, buscaron una manera de refrescarse y “reinventaron” esta bebida, que es una mezcla de vinos dulces y afrutados. De esta manera al combinar frutas y alcohol se vieron en la necesidad de crear la copa clarete, para otorgar mayor frescura y sabor a la mezcla dulzona que crearon, además de evitar que la fruta se derramara.

De ‘clarete’ a ‘clericot’ o ‘clericó’

De la copa clarete se desprendió el nombre de clericot, y esto ocurrió cuando los británicos llegaron a América, principalmente a regiones de Argentina y Uruguay, pues en un juego de palabras, los hispanohablantes modificaron el nombre de la taza clarete al modismo que utilizamos hoy, aunque en algunas regiones de Sudamérica se le llama ‘clericó‘.

Existen muchas recetas para prepararlo. Todo comenzó siendo una mezcla de vino blanco seco con fruta, actualmente le agregan champagne, tinto, naranja, jugo de manzana o hasta ron, brandy, vodka o Cointreau: incluso muchos son mezcla de vinos tintos.

Una de las características principales de esta bebida es que se acompaña de trozos de fruta como durazno, melón, manzana, fresa, naranja, uvas o incluso kiwis.

Mi receta para preparar Clericot

1 manzana en cubos pequeños

1 taza de fresas en cubos pequeños

1 durazno en cubos pequeños

1 toronja en gajos

2 tazas de tu refresco preferido de limón, o agua de limón endulzada

2 tazas de un vino tinto ligero

1/2 taza de vodka

2 cucharadas de azúcar

Vierte la fruta en el fondo de una jarra, agrega el refresco, el vino tinto, la media taza de vodka y las dos cucharadas de azúcar gradualmente. Mezcla todo y deja reposar por 5 minutos, para que los sabores se emparejen. Puedes agregar un poco de hielo (no directamente a la jarra, sino a las copas, para no cambiar el sabor), aunque lo más conveniente es servirlo en vasos largos previamente fríos.

 

 

  • URL copiada al portapapeles