La Vecindad

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La Vecindad


Febrero 29, 2020

No hay sabadito alegre que no llegue, ni año bisiesto que con calamidad no se cumpla. Bueno, al menos así se dice por aquí cerquita de esta vecindad.

Y es que este 29 de febrero nos sorprendió con dos noticias que siguen escalando. La primera es sobre el movimiento estudiantil, que crece paulatinamente y de forma genuina, lo que hace más complicado su control para aquellos que buscar disuadir cualquier protesta que ponga en duda la realidad que vivimos en México: a los jóvenes, estudiantes o no, los están matando en nuestras narices.

Los estudiantes de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidieron sumarse a la campaña #NiUnaBataMás en protesta por los jóvenes asesinados en Huejotzingo, y anunciaron una marcha para el próximo 2 de marzo en la Ciudad de México.

No podemos soslayar la solidaridad de la comunidad estudiantil en la capital del país, porque si algo nos ha enseñado la historia, es que la indignación multiplica acciones y fortalece exigencias.

Que la salida de Idelfonso Amézaga de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla se cuenta como el primer logro del movimiento estudiantil, pero la llegada de Raciel López Salazar tampoco ofrece grandes expectativas, ya que en su desempeño en otros estados conflictivos no se han visto avances en materia de seguridad.

Lo bueno es que el equipo de Amézaga queda marcado por una disciplina marcial que seguro tendrá mucho que aportar a la nueva estrategia de seguridad en Puebla. ¡Y no es para menos! Porque lo que no hay es tiempo ni vida para seguir atrasando la entrega de mejores resultados de pacificación en el estado.

La otra noticia de este febrero “ampliado” es que el coronavirus llegó a México. El problema no sólo es la posibilidad de un contagio, el cual hasta ahora no es de mayor proporción que el del dengue o el de la influenza. La preocupación radica en que el sistema de salud en el país es precario, y en este momento está colapsado.

Si los hospitales atienden urgencias en los pasillos y escaleras, es casi de risa pensar que habilitarán espacios aislados de la noche a la mañana para atender posibles contagios.

No nos vayamos lejos, ¿se imaginan qué pasaría si un afiliado al IMSS busca ser atendido en una emergencia por sospecha? Lo más probable es que lo dejen esperando, como al resto de pacientes, en las salas hacinadas de las que ya hemos hablado en muchas ocasiones.

Así que más vale prevenir que confiar.

Nos leemos mañana.


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