¿Frente opositor?

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Ramón Zurita Sahagún


Febrero 27, 2020

En Tabasco priva una máxima, cuando menos en política: los adversarios de mi enemigo serán mis amigos, ya que solamente de esa forma podré enfrentarlo.

Y es que en la entidad del sureste de la que es originario el presidente López Obrador, los organismos políticos fueron borrados por Morena, partido que acapara todo: mayoría en el Congreso local, los principales ayuntamientos y la gema de la corona: el gobierno estatal.

Ante este panorama desolador para los otrora triunfantes PRI, PRD y hasta PAN, algunos personajes desplazados del círculo del poder decidieron aliarse y formar un movimiento llamado Ciudadanos

Unidos por Tabasco, donde se congregan priistas, panistas, perredistas y empresarios, aunque el problema que cargan consigo es el protagonismo de sus impulsores, los que seguramente terminarán tirando por la borda todos los esfuerzos enfocados a enfrentar a Morena en las urnas.

Su propósito, aseguran, es despertar conciencias, corregir nuestra pervertida democracia, fortalecer la vida institucional y el Estado de derecho. Señalan la necesidad de construir una amplia alianza ciudadana que dé paso a un pacto social de trascendencia nacional, con el firme objetivo de incitar el despertar de las conciencias para enfrentar los grandes problemas que padece nuestra sociedad, dice su manifiesto.

Lo que no aclaran es por qué ninguno de ellos sustentó esos propósitos durante el desempeño de sus cargos públicos más importantes, cuando tuvieron la oportunidad de hacer su decálogo; y buscan realizarlo hoy, cuando los electores les han dado la espalda en las urnas.

Dentro de este compacto grupo que confía en obtener una sólida respuesta de la ciudadanía y hasta de los gobernantes, se encuentran el exgobernador

Manuel Andrade Díaz, quien busca por todos lados colarse de nueva cuenta a los primeros planos políticos. Cada elección se autodestapa para ser candidato a senador, diputado o lo que sea. En 2018 se fue hasta el tercer lugar en la contienda senatorial, en 2015 fue diputado local plurinominal y ahora está consciente de que su partido no tiene futuro en Tabasco.

Juan José Rodríguez Prats, expriista y panista en la actualidad, perdió la brújula desde hace tiempo y no logra espacios en ningún lado. El senador Juan Manuel Fócil sufrió la contundente derrota de su partido cuando era el gobernante en 2018, y fue barrido en las urnas por la ola Morena, siendo enviado al segundo sitio de las preferencias.

Lorena Beauregard, priista, dos veces diputada federal plurinominal y activo de un consejero de Pemex, otro priista, Adrián Hernández Balboa, eterno aspirante a la alcaldía del Centro; José Eduardo Correa, exdirigente da la Cámara de la Construcción, así como un grupo de panista de escasa presencia.

Los susodichos están dispuestos a dar la batalla en las urnas, aunque por la premura de tiempo no se sabe por cuál partido apostarán, ya que se advierte difícil que ellos sean capaces de conseguir una alianza entre partidos.

A ello se le añade que el PRI quedó destrozado en Tabasco, y hoy sus despojos los disputan el grupo de Andrade y el de otro exgobernador, Andrés Rafael Granier.

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Finalmente, la Secretaría de Gobernación logró sacudirse la sombra de Iliana Sansores, su exsecretaria particular, quien aliada con el subsecretario Ricardo Peralta tejían conspiraciones desde dentro de la dependencia.

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