Justicia para todas

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En los últimos días, todas las personas en nuestro país hemos expresado nuestros sentimientos de frustración, tristeza y coraje en torno a los penosos acontecimientos vinculados con los feminicidios de Ingrid y Fátima, ya sea charlando en nuestros hogares, centros de trabajo, escuelas, reuniones formales e informales, así como en las redes sociales, espacios donde se suelen polarizar los comentarios, viralizar el morbo con imágenes que claramente atentan contra la dignidad de las personas, que poco contribuyen con las investigaciones de las autoridades… pero que suelen defenderse desde un concepto mal interpretado de libertad de expresión.

En 2018, ONU Mujeres presentó cifras alarmantes en torno a la violencia que a nivel mundial enfrentamos las mujeres, cifras que en el caso de México se encontraban ya en ese año por encima de la media internacional, que para el caso de homicidios cometidos contra mujeres se ubicaba en SIETE asesinatos diarios, cuando en nuestro país ya se identificaban NUEVE homicidios contra mujeres por día.

Estos datos se presentaron en el marco de las actividades del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres el 25 de noviembre de 2018. ONU Mujeres enfatizó que era momento de sumar esfuerzos por parte del sector público, de empresas y sociedad civil, para implementar acciones en materia de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra mujeres y niñas. Desde esa fecha se sumarían tres entidades federativas con Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres: Jalisco, Puebla y Ciudad de México; para dar un total en este momento de 19 estados activos con este protocolo de urgencia de atención de la violencia feminicida.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública publicó a finales del pasado mes el resultado de la incidencia delictiva contra mujeres durante 2019. De los 2 015 641 delitos denunciados cometidos contra mujeres, 976 fueron identificados como feminicidios, se iniciaron investigaciones por 2 mil 819 homicidio dolosos, mientras que 3,226 mujeres fueron privadas de su vida bajo homicidios culposos; es decir, asesinatos en los cuales las autoridades consideraron que no existía una intención de matarlas, más bien que esas muertes fueron el resultado de negligencias, descuidos e imprevisiones.

No es sobrado mencionar que se han elaborado nutridas investigaciones sobre el encubrimiento histórico de las violencias contra las mujeres, por desconocimiento, por temor, por réplica de estereotipos, por impunidad de las autoridades… y un amplio etcétera, analizado por especialistas y organismos internacionales.

De conformidad con estas cifra oficiales, la cantidad de mujeres asesinadas durante 2019 fue en un total de 7 mil 21, lo que implica aproximadamente 19 víctimas de homicidio en cualquiera de sus formas por días. Lástima que estas mujeres no tienen la posibilidad de regresar de la muerte para esclarecer las condiciones en las que se les arrebató la vida, no cuentan con voz para gritarnos si en efecto las investigaciones se realizaron a profundidad para desentrañar la verdad. Ya no pueden marchar, menos hacer pintas, ni afectar los preciados pedazos de roca, que siempre se defienden antes que sus vidas. Nuestros inmuebles pagan el coraje e impotencia de las que sí pueden gritar que no fue su culpa, que de esas SIETE MIL VEINTIÚN MUJERES que asesinaron en 2019 no podríamos tolerar #NiUnaMás. Que seguramente a ellas, a sus familiares y amigos aún les hace falta JUSTICIA.

El reporte oficial continúa con su numeralia, presentando datos sobre mujeres y niñas víctimas de lesiones dolosas, lesiones culposas, secuestro, tráfico de menores, extorsión, corrupción de menores y trata de personas. Hagamos un alto para reflexionar la cantidad de posibilidades en las que se pueden manifestar los actos de violencia, las condiciones de falta de empatía, así como de cualquier cualidad que permitiera identificar un poco de humanidad en los agresores. ¿Cómo fue posible que en México, en tan sólo un año, 7 021 mujeres fueran privadas de su vida?

Durante 2019 se recibieron DIECISEIS MILLONES CUARENTA Y CUATRO MIL CIENTO TREINTA Y OCHO llamadas reales, por medio de las cuales se reportaron ante líneas telefónicas oficiales “incidentes” de diversas violencias contra niñas y mujeres: en el entorno familiar, violencia de pareja, violaciones, abusos sexuales, violencia en entornos de salud, violencia cometida por servidores públicos, etc. Dieciséis millones de oportunidades para la atención y prevención de violencia en contra de niñas y mujeres… siete mil veintiún silencios.

Por cierto que la información que emite el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no cuenta con datos desagregados que permitan identificar cuántas mujeres indígenas, con discapacidad, lesbianas, adultas mayores, niñas y adolescentes se atrevieron a no guardar silencio para denunciar o reportar los incidentes de violencia; ni cuántas niñas y mujeres de la interseccionalidad continúan sin recibir justicia.

Cada vez somos más quienes nos unimos a solicitar respeto para todas las niñas mujeres, para que en igualdad de condiciones jurídicas se garanticen nuestros derechos. El repudio público a la violencia de género, a la réplica impune de actos machistas y misóginos; la frustración y el temor ante la impunidad con la que cada día 19 mujeres son asesinadas, debe cambiar de los discursos a las acciones. La investigación, persecución de los delitos e impartición de justicia son tareas que involucran la responsabilidad del Estado. Nuestra labor, desde los entornos privados y sociales, recae en la corresponsabilidad en materia de prevención. Asumamos todas y todos nuestra responsabilidad.

 

*Doctora en derecho especializada en Rendición de Cuentas, Derechos Humanos, Transparencia, Combate a Corrupción y Género 

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