El amor romántico, explicó, está en todas las representaciones audiovisuales: en las películas, en las series, en las canciones. Sin embargo, pocos son los que escriben las segundas partes de esas historias de amor desbordado.

En el libro No te mueras por mí, que recoge 25 testimonios reunidos por la ONG peruana Vida Mujer, recordó que se evidencian las consecuencias de ese amor romántico tan socorrido, tan aprehendido y arraigado en las formas en cómo nos relacionamos.

“Necesito que me perdones y trates de olvidar todo lo que pasó. Te juro que nunca más va a pasar. Eres el amor de mi vida. Te amo demasiado,” se lee en uno de los textos escritos por la pareja de una de estas mujeres después de agredirla físicamente. Cinco semanas más tarde, habiendo perdonado al agresor, éste la mató a golpes.

“A las mujeres nos han dicho que debemos ser calladas, sumisas y aguantar todo por amor, y por eso aguantamos situaciones que no deberíamos estar tolerando,” insistió Edurne, frente a un auditorio lleno de jóvenes universitarios.

Esta combinación de factores propicia las llamadas “relaciones tóxicas”, que son en realidad relaciones violentas que impiden a las mujeres vivir una vida libre de riesgos, incluso a su propia existencia.