El presupuesto de los institutos

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Fernando A. Mora Guillén


Febrero 12, 2020

Desde el año pasado, el desabasto de medicamentos y materiales de curación ha sido una constante en los Institutos Nacionales de Salud; en un principio se habló de la falta de presupuesto, así como de la suspensión de licitaciones; lo que llevó a las instituciones a una crisis hacia el segundo semestre del año pasado.

Hoy en día, la Secretaría de Salud refiere que los presupuestos del sector no han sido recortados. Lo más extraño es que acreditan un incremento de entre 7 y 14 por ciento con relación a 2019, y señalan que los institutos del sector tiene más recursos que en 2018.

El gobierno federal ha sufrido una enorme curva de aprendizaje, que se observa mayor ante la carencia de una estrategia, y una política clara de comunicación que permita evidenciar deficiencias administrativas o burocráticas, más que carencias de recursos. La culpa de lo que hoy sufre la administración la tiene el mismo Gobierno Federal, al negarse a ser claro y transparente en la comunicación. Si hay responsabilidades en los procesos administrativos, es consecuencia del cambio de régimen, y debe evidenciarse a los responsables.

Tómelo con interés. Hace una década, nuestro país dio ejemplo al mundo sobre cómo hacer frente al brote de un virus que pudo ser letal: la influenza H1N1. A poco más de diez años, el mundo se ve amenazado por el coronavirus, una bacteria similar a la influenza, cuyas acciones preventivas son similares a las que con éxito nos permitieron sortear el brote de la influenza.

Hoy las autoridades de los sectores Salud y Educación se han observado lentas en la instrumentación de acciones preventivas como el lavado de manos, evitar el saludo de mano o beso, promover el uso de gel antibacterial; en fin, una serie de usos y costumbres de higiene personal que ya fueron parte de nuestro comportamiento por varios años, y que hoy deben difundirse ampliamente desde las escuelas y en lugares públicos, para evitar la propagación del virus. No se trata de espantar o atemorizar a la sociedad; simplemente de prever y ser eficientes como país y sociedad, aplicando lo que se aprendió en el pasado.

Tómelo como trago amargo. En lo que va del 2020, siete mujeres han sido asesinadas en México. La jefa de Gobierno de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum, se pronunció este martes sobre el feminicidio de Ingrid Escamilla, condenó la violencia de género y comunicó que el presunto responsable ya se encuentra detenido. Cierto es que el feminicidio es un delito condenable, y que quienes lo cometen merecen la pena máxima. Y ayer el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, ratificó que es necesario reformar la tipicidad o forma en como está presentado el feminicidio y sus elementos, para judicializarlo y dar protección a las mujeres. Coincidimos en que lo más urgente es proteger a las mujeres y evitar que criminales que las violentan y matan estén fuera de las prisiones.

 

* Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana

Socio fundador del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo

Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez por la Libertad de Expresión

Facebook: Fernando Antonio Mora

@Fernando_MoraG

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