Ciudad Modelo (Trama Audi), según Mastretta y SilvaIII

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La Trama Audi” expuesta por Sergio Mastretta pone en evidencia el performance político gubernamental. En ningún momento hace responsable a la empresa de contubernios, ni de prestancia a juegos políticos; “juntos, pero no revueltos” con Ciudad Modelo.

Quienes creyeron en milagros del desarrollo industrial imaginaron anticiparse a una urbanización por venir. ¿Por qué no entonces resolver una necesidad social ganando prestigio y por ahí, haciendo negocios inmobiliarios libres de mácula? Obnubilados en cuentas alegres “olvidaron” (es un decir) que la relación industria-urbanización requiere décadas.

Para generar complejos urbano-industriales existen dos vías: máximo consenso social o de un autoritarismo ilustrado a prueba; es decir con equipo estratégico, un gobernante predispuesto a evaluar estrategias y presto a escuchar antes de tomar decisiones. Eso no ocurrió en Ciudad Modelo en donde la decisión de un señor “yo lo digo”, para nada dimensionó las consecuencias de la acción (como adversidad, como bomba de tiempo).

Los hechos consumados: ni fue redituable el perfil progresista de un candidato a la presidencia, ni la economía industrial derramó el desarrollo regional previsto sobre su territorio cercano (hinterland). Además, el negocio inmobiliario cometió un error de párvulo entre urbanistas al violentar el principio de hacer ciudad.

El estilo periodístico detono militante da interés al texto…Reflexiones que deja: El desencanto por el discurso político del desarrollo, o la falta de un discurso creíble de desarrollo regional; la paradoja de un proyecto industrial exitoso, junto de un proyecto urbano a la deriva. Sí. Proyectos de desarrollo para Puebla van y vienen desde hace 25 años y aún así no sale de su paradoja: crecimiento económico y marginación social.

El texto cambia de objetivo y método con María Eugenia Silva. Adquiere estilo académico con fuerza de tesis organizada con una pregunta conductora. ¿Por qué ahí, Audi? En su intento por contestar se hace guiar por economistas distinguidos en desarrollo nacional, regional e industrial, o en geografía económica, así como de autores regionales y periodistas locales.

Desde ese marco teórico expone aspectos claves de las teorías de localización industrial, clásica como la de Alfred Weber, de los Polos de Desarrollo de Francois Perroux; de la innovación; del conocimiento como capital humano; de los eslabonamientos industriales en los procesos justo a tiempo y en secuencia.

Al paso, la autora nos relata que la empresa tuvo opciones de localización industrial en el Bajío, pero Puebla mejoró la oferta y ganó. Tlaxcala quedó en medio de los efectos de arrastre (suertuda).

La remembranza de la industrialización moderna de Puebla muestra el qué a 50 años, hay clústers de proveedores, efectos directos e indirectos sobre la inversión y el empleo-factores de éxito de las industrias globales-. Y sobre todo, capacidad de respuesta inmediata de la fábrica automotriz VW para responder a los cambios de entorno desde finales del siglo pasado.

Pero entonces, qué neutralizó los atractivos de localización industrial de Tlaxcala y Huejotzingo (sus incontestables economías externas de aglomeración y externalidades tecnológicas y pecuniarias).¿Cómo eligió Audi una región de salarios bajos, falta de capacidades tecnológicas, carente de economías de escala y externalidades positivas?

La preferencia de decisión local, parece decirnos, fue el cruce ferroviario y la carretera norte de Tlaxcala que vincula Huamantla y Apizaco con el Bajío y el puerto de Tuxpan en Veracruz. También, contribuyó el acceso a la tierra que fue facilitado por el gobierno estatal y federal, mediante gestiones complejas. Como sea, la decisión gerencial desvinculó el crecimiento económico del desarrollo social, obstruyó el desarrollo regional y generó una ciudad sin ciudadanos. Se inventó una ciudad sin vida cotidiana.

 


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