¿Cómo vamos Presidente? (Parte IV)

  • URL copiada al portapapeles

“No hace falta un gobierno perfecto,

se necesita uno que sea práctico.”

Aristóteles

 

En esta última conversación del año me gustaría invitar a los lectores a reflexionar sobre lo que nos ha dejado la primera etapa del cambio político que representa la Cuarta Transformación. Durante las tres entregas anteriores analicé diversos acontecimientos que han marcado el arranque del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Abordé los asuntos que, desde mi perspectiva, han sido relevantes en este primer año de cambio de régimen, año de la implementación, año de las transformaciones; a partir del impacto político, económico y social que han tenido las decisiones del presidente en los primeros meses de su gobierno.

Comencé a examinarla relación del presidente con el Ejército y su convivencia con la prensa; en una segunda columna, planteaba los cambios de la arquitectura institucional del sistema político, así como las prioridades de este gobierno y los desafíos que habrá de enfrentar. Siendo la seguridad el tema de mayor preocupación social, y una prioridad en la agenda de gobierno, después del combate a la corrupción, consideré necesario resaltar la importancia de proteger la vida de los policías para que estos protejan mejor la nuestra. Me parece grave la pérdida de efectivos en la lucha contra el narcotráfico, ya que se debilita al Estado y se acelera la incapacidad de garantizar la seguridad y estabilidad social. Finalmente, en otros de los temas de coyuntura, evalué el impacto de la ratificación del T-MEC para nuestro país, y aunque en ese momento aún no se daba a conocer el alcance de las negociaciones y los acuerdos, subrayo ahora la necesidad de transparentar las acciones y decisiones del gobierno; considerando la narrativa oficial en esta materia. Es un tratado muy importante para México, pero debe estar claro cuáles serán nuestros compromisos para evitar especulaciones que no tendrían cabida si desde un principio se hubiera dado a conocer la forma de instrumentar este tratado, desde el círculo de confianza del presidente.

En un balance general de este primer año, diría que hubo contrastes, un desmantelamiento de lo anterior (con aciertos y desaciertos) y críticas recurrentes a los gobiernos del pasado; fue una etapa en la que se enfatizó la necesidad de romper con el modelo neoliberal, de cambiar las prioridades del gobierno y transformar la conversación con la sociedad con una estrategia de comunicación política nunca antes vista. Lo que en su conjunto puede explicar que hoy AMLO tenga niveles de aprobación sobresalientes, a pesar de los errores o cuestionamientos sobre sus decisiones; mismos que van a la baja, sin haber desplomado su popularidad.

En cuanto a los objetivos de este gobierno, el combate a la corrupción se ha planteado como la insignia de esta administración, siendo el lema constitutivo de la Cuarta Transformación. En esta transición se ha establecido quiénes serán los protagonistas de cumplir con esta encomienda y cómo se instrumentarán las acciones legales y financieras en contra de quienes incurran en conductas contrarias al interés público. Sin embargo, se necesitan evidencias para construir una nueva confianza pública, que sea congruente con el discurso y la acciones en esta materia, como no sucedió con el caso de la investigación de Manuel Bartlett por un posible conflicto de interés e irregularidades que desestimó el propio gobierno federal. Más allá del tecnicismo jurídico empleado para desecharlo, el costo político para el presidente se subestimó, pues se ha comparado este asunto con el emblemático caso de la Casa Blanca, ocurrido en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Si bien, hace contrapeso a esta realidad la detención de dos exfuncionaros públicos de gobiernos federales anteriores: Rosario Robles fue detenida en México por su presunta participación en el caso de corrupción conocido como la Estafa Maestra, un mecanismo a través del cual el gobierno mexicano habría desviado millones de dólares entregados a universidades públicas para que estas, a su vez, lo mandaran a empresas fantasma que simularon los servicios contratados. Y recientemente, destaca la detención de Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos por una posible complicidad del que fuera responsable de la seguridad nacional con el crimen organizado. Ambos exfuncionarios inocentes, hasta que se les demuestre lo contrario; casos que pondrán a prueba la institucionalidad del Estado y la forma en que se pueden fortalecer los controles internos para desmantelar las grandes redes de corrupción que existen en el país y fortalecer los mecanismos de combate a la impunidad si se demuestra que son responsables de los delitos que se les están imputando. Para lo cual, se requiere capacidad de reunir pruebas sólidas, un debido proceso judicial, seguir la ruta del dinero, y abrir la discusión de establecer la reparación del daño en casos de corrupción.

A estos casos, súmele las renuncias de Carlos Romero Deschamps al sindicato petrolero y de Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; ambos personajes del más alto nivel político y económico, de los que no se sabe claramente por qué se separaron de sus cargos.

En materia de política exterior, hace falta mayor presencia del presidente en los foros internacionales multilaterales de alto nivel; despreciarlos excluye a nuestro país de los grandes problemas del mundo y es una responsabilidad que no debe eludir el Jefe del Estado mexicano. Asimismo, la relación bilateral con los países debe conducirse bajo los principios de política exterior y los instrumentos diplomáticos adecuados, a fin de evitar una crisis diplomática como la que está atravesando México con Bolivia, y ahora, España, que se ha involucrado también en este conflicto.

Para concluir, diría que son dos los temas en los que poco ha logrado avanzar en este gobierno, y así lo reconoce el propio presidente: el crecimiento económico y la inseguridad pública; temas irresueltos y de riesgo para la puesta en marcha de la Cuarta Transformación. Así acaba este año, el tiempo de las promesas, las críticas al pasado, los planes a futuro; no obstante, el 2020 deberá ser de más y mejores resultados pues no debemos olvidar que se abre de nuevo el calendario electoral.

*Profesor de Tiempo Completo

del Tecnológico de Monterrey

@floresm_mx /

 [email protected]

  • URL copiada al portapapeles