Qué tal vecinos, ¿cómo les pinta el fin de semana? Pues espero que vayan bien los preparativos para la cena del día 31, porque a pocas horas de que concluya el 2019 ya hay quienes piensan en esa tradición de “quemar” el año viejo, para que el 2020 venga con todo…

Y es que hay alguien que no termina de convencer a los poblanos y se llama María de Lourdes Rosales, la apuesta de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, para frenar la inseguridad, tarea que, a la vista de los últimos dos días, de plano sigue sin cumplir.

Primero el asesinato del hijo de un socio de la Coparmex; y más recientemente, otro homicidio, por un móvil idéntico, pero ahora en el Fraccionamiento Los Héroes. Así que la funcionaria necesita más que rituales para que el próximo año haga su trabajo y brinde seguridad real a los capitalinos. Eso, claro, si quiere seguir en su puesto…

Y a nivel estatal tampoco hay resultados positivos, sino todo lo contrario. La violencia sigue con todo, y el arribo de patrullas que por el momento brillan por su reluciente pintura guinda, pero sin que hasta ahora exhiban un cambio en las condiciones de la entidad, como por ejemplo la reducción de homicidios dolosos y secuestros…

Por esa razón Idelfonso Amézaga, el titular de la SSP, tiene mucha tarea y seguramente ni salió de vacaciones para cumplir; salvo, desde luego, que esté preparando otra vez sus maletas, sea por iniciativa o petición. Como sea, ahí está el reto. Falta que se anime a lograrlo.

En cuestión de horas, cuando inicie el 2020, en Tehuacán lo harán sin un presidente municipal. 

Acuérdense que el morenista Felipe Patjane Martínez está preso, y como oficialmente no ha pedido licencia y el Cabildo tampoco ha hecho mucho que digamos para resolver este asunto, pues el municipio carece de alguien que lo conduzca. 

Como van las cosas, por más que digan que ahora sí en enero determinan qué pasará con el alcalde, no se ve ni para cuándo, cómo ni quién, lo que exhibe desinterés y hasta negligencia de los políticos.

Resulta que más de 12 mil poblanos regresaron a Puebla, según datos del Instituto Nacional de Migración, pero el punto no es el número, sino qué harán en sus comunidades de origen, porque, hay que decirlo: las autoridades federales, estatales y municipales poco o nada han hecho para modificar las condiciones que originalmente los obligaron a irse a Estados Unidos y Canadá.

Es un cuestionamiento de relevancia, porque el retorno de paisanos puede ejercer presión económica en las localidades y ciudades. Y no es por arruinar el cierre de año, pero difícilmente se trabajó en eso…

Vecinos, que no decaiga el ánimo, falta poquito para el Año Nuevo, así que a sonreír…