¿Cuándo te empezó a gustar el rock y en qué momento decidiste investigar sobre él?

—Desde los 10 años me empezó a llamar la atención todo lo relacionado al rock. Miraba con curiosidad la vestimenta, el cabello largo, los estoperoles y los mensajes que transmitían las canciones. En ese entonces no tenía conciencia de lo que estaba escuchando, porque en mi casa nadie conocía esa música; el convivir con primos más grandes que nos visitaban los fines de semana también influyó en que adoptara al rock como cultura.

Como periodista, mis primeros textos los escribí para una revista: Acústica, diez años después; esos artículos los escribía a partir de una rigurosa investigación y la primera asignación importante que recuerdo fue cuando entrevisté a uno de los integrantes de Tears for Fears. En ese momento me sentí muy nervioso, además de que la entrevista fue en inglés. Yo era fan de la agrupación y eso influyó para estuviera ansioso.

Después aprendí a separar entre el trabajo y ser fanático, y sobre todo a no fiarme de la tecnología, porque me falló en múltiples ocasiones.

En tu libro, Escritos en el tiempo reúnes muchas experiencias, ¿hay algún suceso en particular que haya marcado tu vida o recuerdes de manera especial?

—En este libro hay una entrevista con “Juan Perro”, quien fuera cantante de Radio Futura; él es una persona muy inteligente y ha vivido mucho, es la plática que más he disfrutado. También recuerdo mucho cuando entreviste a The Doors, King Crimson y al guitarrista de Bon Jovi; lamentablemente, no tengo las copias de esas revistas y no existen en digital; incluso la memoria me falla para recordarlas completamente.

La labor periodística pocas veces es reconocida, ¿en algún momento has pensado en “tirar la toalla2?

—Todos los años pienso en rendirme, porque no es un buen momento para ejercer el periodismo. Me tocó vivir buenos momentos para escribir, e incluso vivir de eso. En la actualidad tengo otro trabajo como profesor en la universidad, lo que me permite continuar con mi labor periodística; lo hago porque me gusta, no por lo que me paguen.

Hay un dicho que recuerdo mucho que dice: “ten cuidado con los sueños porque se pueden hacer realidad.” Yo quería esto y ahora la bebo o la derramó, mucha gente confía en mí y que me dice que lo que hago es importante y por ello es una responsabilidad.

¿Qué opinas de la nueva generación de periodistas?

—En la actualidad, la gente no tiene una idea clara de lo que quiere. Algunos se ponen a hacer algo para ver si les gusta y si les deja algo; en caso de que no, lo dejan y brincan a otra cosa: ya no existe pasión por lo que se hace.

En nuestra generación las cosas eran distintas. La gente valoraba más a la profesión. Ahora los periodistas pueden googlear al artista y hacer preguntas generales sin ninguna intención; nosotros teníamos que conocerlos y escuchar su música para poder entrevistarlos. El rock no sólo se escucha, también se lee, y no sólo es entretenimiento.

¿Qué esperas de este nuevo libro?

—Me gustaría que la gente vea que la música es algo más y que comprendan que las bandas han ido mutando en cuanto a su sonido. También me gustaría que a partir de lo que reflejo en el libro, puedan conocer un poco sobre el proceso de los artistas para crear sus canciones, y sobre todo que conozcan proyectos underground, porque en el libro incluyo a muchos.

¿Qué más te falta investigar sobre el rock?

—Me gustaría incrementar el conocimiento que existe sobre esta cultura. Seguiré documentando la historia de este género no sólo en la Ciudad de México sino también en Puebla, ya que tiene una historia muy amplia en el rock que aún no ha sido investigada. No sólo los políticos y las calles deben estar en los libros de historia; la cultura musical también debe ser incluida. Es importante investigar los recintos que dan espacio a la contracultura.

El libro puede adquirirse directamente con David Cortés Arce; pueden contactarlo a través de sus redes sociales y es uno de los primeros que recopilan la evolución del rock y su sonido en nuestro país. Es un esfuerzo que ha hecho el autor para que los más jóvenes conozcan la historia de esta cultura, que siempre se ha caracterizado por ser disidente. Son 166 páginas de pasión por el rock.