El 2020, ¿cómo pinta?

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La mejor noticia que reciben muchos ciudadanos mexicanos este fin de año es el aumento al salario mínimo. Nada mal para comenzar el año 2020, con un recobrado optimismo y un ingreso “extra” en el bolsillo.

A partir del 1 de enero, el salario tendrá un incremento de 20 por ciento en la mayor parte del territorio nacional, al pasar de 102 a 123 pesos. En la Zona Libre de la Frontera Norte, pasa de 176 a 185 pesos.

Para muchos, ésta es una acción más de la conocida política “Primero los Pobres”, pilar de la agenda social que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La frase, emanada desde la campaña electoral y proclamada hasta la saciedad ahora en su régimen, viene a contrastar con una atmósfera de recesión, tema tabú en la administración morenista.

México recibirá este año 2020 en un clima de incertidumbre, confusión y cierto freno en la economía en general. La política pública de bienestar sigue sin alcanzar a la mayoría que vive en carencia, y ha sido incapaz de cubrir la grave falta de servicios públicos para atender a los más empobrecidos.

Nuestro país es considerado como la segunda gran economía de América Latina, luego de Brasil; sin embargo, lo que muchos esperaban de cierre de año se ha ido manifestando con el paso de los días: la entrada de México en recesión.

En los corredores de Palacio Nacional se comenta cada vez más de que no quedan muchas opciones, después de un año marcado por decisiones equivocadas que han sembrado incertidumbre en el sector empresarial, como la cancelación del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.

Empresarios, banqueros y académicos empiezan a dudar de la promesa de López Obrador de que la economía se expandiría a una tasa promedio del 4 por ciento durante su mandato, lo que acabaría así con las décadas de bajo crecimiento y mala remuneración del trabajo.

México presenta en la actualidad un déficit de inversión pública y privada. Para poder seguir creciendo, es necesaria una nueva política económica y de inversión. El talón de Aquiles sigue siendo la dificultad para conseguir una recaudación fiscal de valor. Pocos saben que nuestro país posee uno de los niveles más bajos de recaudación de impuestos de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tasa que alcanza un 14 por ciento del PIB.

Por lo menos uno de cada dos mexicanos sigue trabajando en el sector informal, sin compromisos con el fisco y sin restricciones laborales. López Obrador ha sido muy cauteloso en no tocar a la base del país que más sufre, y que busca sobrevivir precisamente por los canales informales.

El año 2020 se antoja como una oportunidad para que nuestro gobierno realice un examen más a fondo en la política económica y logre mayor avance en las promesas de bienestar, pero no sólo con políticas públicas de beneficio dirigidas al sector más necesitado, sino también al ciudadano regular que puntualmente paga sus impuestos.

 

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