¿Y qué sucede si nos quedamos sin contribuyentes?

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“En la medida en que se trate a un ser humano

 como algo meramente peligroso y, por tanto,

necesitado de pura contención,

se le quita o niega su carácter de persona.”

Eugenio Raúl Zaffaroni

De lo único que se ha hablado parte de contribuyentes en el último año y prácticamente a partir de la nueva administración pública que recientemente ha cumplido su primer aniversario, por parte de los pequeños, medianos, empresarios, propietarios de negocios, de comercios, industriales que se han convertido en maquiladores, de los propios profesionistas, las cámaras de comercio, turismo, etc., es toda esa propaganda que se ha inyectado en los medios de comunicación nacionales, que consistente en que aumentan los delitos para los contribuyentes, se incrementan las penas, nuevas infracciones y sanciones administrativas, mayor fiscalización, aumento de revisiones y verificaciones de las autoridades a los contribuyentes, que en cualquier proceso se puede aplicar la extinción de dominio y perderlo todo, etc., todo ello con el afán de que el Estado pueda recaudar más de lo poco que según las estadísticas y las presiones internacionales de diversos organismos sostienen que se recauda en México.

Dentro de una de las materias que conforman al derecho, se encuentra la sociología jurídica o sociología del derecho que tiene como función analizar los efectos, consecuencias y razones de la aplicación de las normas y las instituciones jurídicas ante la sociedad, como pernean en la comunidad, de qué forma se aplican las leyes, como se interpretan esas medidas por la población, etc., por ende, dentro de estos estudios, se encuentra la denominada: “filosofía de la fidelidad del ciudadano al derecho”, es decir las razones por las cuales la población cumple con la ley, y se establecen varios supuestos, desde luego que uno de ellos es particularmente que la razón en el cumplimiento con la ley es por el riesgo de que se imponga una sanción, esto es que no se trata del cumplimiento de la ley porque esta contenga disposiciones adecuadas y necesarias para la sociedad, sino por el temor de que se imponga una sanción. Por lo cual, es evidente que esta nueva administración esta detonando esa parte para que los particulares cumplan con las disposiciones tributarias.

Y pareciera que con lo que se sostiene en los datos matemáticos oficiales que se ponen en los medios de comunicación, esto ha funcionado de maravilla, se ha aumentado la recaudación de impuestos, sin embargo, es evidente que el miedo, la temerosidad, el considerarse el contribuyente amenazado por la autoridad no es un buen signo de un gobierno democrático y que verdaderamente este proponiendo una transformación al país, pues si los contribuyentes se topan con el aumento del salario mínimo por simple “decreto”, con ausencia de créditos para poder hacer frente a la recesión económica mundial, con la única alternativa de crédito que tienen los contribuyentes pequeños que son las tarjetas de crédito, donde las tasas de interés son las más altas del mercado y que a partir de 2020 las autoridades fiscales fiscalizaran, y a ello hay que aumentar los robos, asaltos, la inseguridad pública generalizada, y las últimas decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en donde pareciera que se han convertido en cobradores de frac, verdaderamente es paranoico el futuro de la actividad económica que abarca al mayor número de personas que son los pequeños y medianos contribuyentes que pareciera que no tienen escapatoria alguna para la mínima subsistencia y que por ello dejan el campo para las grandes empresas transnacionales con el instrumento del nuevo tratado de libre comercio.

Evidentemente que el cumplimiento de la ley por simple amenaza, por temerosidad a las consecuencias es una recaudación pasajera, la historia así lo dicta, basta con observar las grandes represiones en que hechos tan lamentables terminan, se corre el riesgo que, como estamos entrando al segundo año de gobierno sin que existan esquemas y reformas que permitan mantener las fuentes de empleo y la actividad económica del país, verdaderamente estamos conduciendo un barco a un iceberg, todo lo contrario a lo que sucede en otras naciones en donde se establecen esquemas de regularización de los contribuyentes, de condonación de adeudos, de reducción de las tasas impositivas, de regímenes fiscales mas amigables para los particulares, aquí estamos haciendo todo lo contrario a lo que la receta dicta cuando se está encausado a una transformación.

Posiblemente la problemática sea que la crisis ideológica con que cuentan las izquierdas vetustas es que asumen que lo que se tiene que repartir e igualar en la población son las derrotas, las penurias y no las ganancias y la riqueza, por ello es que toda esta política tributaria, por llamarle de esa forma, está conduciendo a que el país se quede sin contribuyentes, con las consecuencias que eso representa.

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