Parecería que las historias de misterio encumbradas por Agatha Christie y por Arthur Conan Doyle con sus deliciosos personajes Hércules Poirot y Sherlock Holmes respectivamente, son ya anacrónicas. Sin embargo, el director norteamericano Rian Johnson ha decidido crear al detective Benoit Blanc para involucrarlo en la solución de un misterioso crimen en Entre navajas y secretos (Knives out, EU, 2019),con Daniel Craig y Ana de Armas en los roles centrales.

Inspirado por las novelas de Christie, Rian Johnson nos narra la historia de la muerte por aparente suicidio de un encumbrado y millonario escritor (Christopher Plummer) cuya familia burguesa vive a sus costillas sin involucrarse afectivamente con el patriarca. Solamente Marta (Ana de Armas), la enfermera latinoamericana, es la única que lo ha escuchado y comprendido. El detective Benoit Blanc (Daniel Craig) es contratado por alguien anónimo para que descubra la verdad: hubo un asesinato para quedarse con la herencia millonaria. Sin embargo, la ambiciosa familia es sorprendida con la verdad, tanto de la muerte como del heredero universal.

Siguiendo plenamente las reglas de las novelas de misterio, pero con un toque de fino humor, Johnson utiliza la historia para, como también lo hiciera Agatha Christie y en alguna medida Arthur Conan Doyle, hacer una disección de la familia burguesa y su vida tan intrascendente, diseñada para hacer dinero con el mínimo esfuerzo, pero ser ese dinero… solamente. Es ese modelo de vida y precepción conservadora y relativa de la realidad que, desde el poder que la riqueza otorga, intervene en otras vidas a su servicio para calificarlas y controlarles creando percepciones a modo de una realidad simulada.

Así, la enfermera Marta Cabrera, migrante latinoamericana, es discriminada por su incierto origen para la familia, pero no para ella ni para el espectador. Sin embargo, Marta es la única persona en ese pequeño mundo de la mansión Thrombey —fractal del actual Estados Unidos—que se muestra empática a los demás y mantiene una relación con ellos desde lo afectivo. Es decir, ella es la única que no simula ser una buena persona, pues ella lo es verdaderamente, es muy humana. Idea contraria a la que la clase conservadora estadounidense tiene de los migrantes latinoamericanos.

La excelente interpretación de Daniel Craig en la creación del detective Benoit Blanc, para alejarse de James Bond y sin ser la copia de Hércules Poirot, plantea una inteligencia que se cofunde con cierta torpeza e inocencia a partir de la pose tradicional del detective, hacen del personaje una delicia que refresca la tradición iniciada por Agatha Christie y Arthur Conan Doyle. La creación de todos los personajes involucrados en la historia, con un excelente reparto bien dirigido, cumple no solamente su papel narrativo, sino que plantean un simbolismo en relación con la realidad actual de los Estados Unidos.

Así, Walt Thrombey (Michael Shannon) el hijo que vive a la sombra del padre sin haber aportado nada a su propia vida, camina con bastón pese a su edad: Es la simbolización de la sociedad madura estadounidense, que vive a la sombra de la generación que construyó la realidad en que vive, cojeando torpemente pero ambicionándolo todo. O Linda Drysdale (Jamie Lee Curtis) la hija mayor, que ha creado su propia empresa y su pequeña fortuna sin apoyo del padre o del esposo, pero espera con ansia su parte de la herencia paternal.

Así como el movimiento feminista en los Estados Unidos, que formó una generación de mujeres adultas que se valen por sí mismas y que han construido una realidad para sí mismas, pero que aún esperan del pasado una herencia.

Sin duda las novelas de misterio, esa tradición nacida en la Inglaterra victoriana que mostró las oscuras debilidades de las clases acomodadas, sigue tan actual como en su momento. Así que bienvenidos al mundo contemporáneo el detective Benoit Blanc para develar misteriosos crímenes y la oscuridad de las clases privilegiadas. Misterio y actualidad.