Los forcados, toreros que agarran al toro por los cuernos

La expresión tiene su origen en la fiesta brava, la realizan los forcados, toreros que, literalmente, agarran al toro por los cuernos

¡Agarrar el toro por los cuernos! Es una frase que se utiliza en la vida cotidiana. La expresión tiene su origen en la fiesta brava, la realizan los forcados, toreros que, literalmente, agarran al toro por los cuernos. ¡Pegar! Se llama la suerte que realizan; consiste en inmovilizar al cornúpeta.

Los forcados tienen origen militar, un inicio marcial, eran precisamente la guardia principal del rey que lo protegía en las corridas de toros. Usaban un bastón largo que terminaba en horqueta que se llama ¡forca!, de ahí deriva el nombre. Haciendo reminiscencia al líder se le denomina ¡cabo!, es quien se encarga del grupo, de las contrataciones, reparte las posiciones en el momento de la pega.

Los forcados son los únicos toreros que se enfrentan al toro cara a cara a cuerpo limpio, sin nada que los proteja, sin trampas, con autenticidad. La habilidad y el valor son sus únicas armas para enfrentarse al señor de negro.En el siglo XIX, en Portugal, empezaron a hacerse las pegas.

La pega es una suerte saturada de emoción, con alto grado de intensidad, que hace latir fuertemente los corazones. Es el encontronazo de un hombre contra una locomotora, aunque el torero recibe la ayuda de sus compañeros, el primer impacto es uno contra uno. Totalmente impredecible lo que va a suceder.

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Cada uno de los ocho que salen al ruedo tiene una función y una posición.

Se colocan en fila india a esperar la acometida del toro. El primero es el forcado de cara. El segundo es el primer ayuda. Tercero y cuarto de la fila, son las segundas ayudas. El quinto es el rabillador. Sexto, séptimo y octavo, son las terceras ayudas.

Su actuación es por amor al arte, no cobran honorarios, las empresas únicamente costean sus gastos. Cada forcado tiene una ocupación propia, ajena a la fiesta de los toros.

Parece imposible que en pleno siglo XXI aún existan seres humanos aventureros, que se enfrenten a cuerpo limpio a un toro por el puro gusto de hacerlo, por la satisfacción de jugarse alegremente la vida. Eso son los forcados: toreros heroicos.

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