Los Homo-Hogareñus

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Se dice que los niños y jóvenes ya no salen tanto a la calle para divertirse en parques, canchas deportivas y lugares públicos. Es un hecho que en algunas ciudades la violencia acosa en cada esquina, en cada barrio, y esto podría ser una gran razón para ausentarse. 

Hoy los chavos están pasando más tiempo en sus hogares. Las alternativas de entretenimiento no faltan para optar por la permanencia en casa.

¿Cuáles son estas opciones de entretenimiento? Ya no se manifiestan en una sentada frente a la pantalla para disfrutar de Bob Esponja. Es más, ya casi ni ven lo que antes se conocía como “televisión”.

Los niños y adolescentes prefirieren conectarse con sus amigos vía redes sociales y aplicaciones y mandarse fotos y “mensajitos”. En muchos casos, optan por socializar desde sus hogares, conversar sobre cosas triviales y ampliar su abanico de amistades como si fuera una competencia de popularidad.

La necesidad de socializar siempre ha sido una prioridad en los seres humanos. Pero con la tecnología se han incrementado las posibilidades de hacerlo desde el hogar, en donde antes el niño y el joven pasaban hasta seis horas frente a la televisión y ahora pasan las mismas horas o más en sus teléfonos y tabletas. De nómada de barrio se transformaron en homo-hogareñus, con un horario que brinca y saluda a la madrugada en muchos casos.

Algunos se dejan dominar por la acción y adrenalina que encuentran a través del XBox y PlayStation en sus diferentes niveles de dificultad. La tecnología ha traído la oportunidad de vivir experiencias de videjuegos con mayor realismo (el término “virtual” es mera mercadotecnia) y sus estrategias demandan reflejos más rápidos, algo que están desarrollando las nuevas generaciones, pero que también les provoca una urgencia de gratificación inmediata a sus deseos.

Como padres debemos establecer en casa políticas hogareñas firmes que combinen sanamente la higiene personal, las tareas domésticas, el entretenimiento y la convivencia familiar. La observación frecuente de las actividades de nuestros hijos nos arroja información útil para conocer a qué juegan y con quiénes lo hacen.

No basta solamente decirles “ya jugaste demasiado, ya párale”. Hay que ser más consistentes y consecuentes en nuestras acciones.

La inseguridad y los encantos de la tecnología personal no desaparecerán en el corto plazo. Es tiempo de actuar y pedir ayuda profesional si notamos severo aislamiento, agresividad continua o desidia extrema en ellos por abuso de los dispositivos. Recordemos que se aproxima la Navidad y es hora de pensar si Santa Claus les traerá más tecnología este año o cambiará de estrategia de regalos.

Escríbenos a consultas@reconectados.mx

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