En Ahuazotepec llegó la temporada decembrina y las
familias de productores en el Rancho San Miguel ofrecen entre 2 mil 500 y 3 mil
pinos — ayacahuite, oyamel y vikingo— sembrados en las 17 hectáreas de bosque
de cultivo.
Abel
Maldonado Hernández, uno de los productores, asegura que las familias de las
comunidades cercanas saben que es mejor comprar un árbol natural que de
plástico: “si compran un árbol artificial, les dura tres años y luego va a la
basura, pero si compran un árbol natural pasa la temporada y pueden regresarlo
al rancho, donde lo trituramos y se les devuelve para que puedan utilizarlo
como abono en sus terrenos o jardines, incluso se reúsa aquí mismo”.

La
temporada de venta cada año se realiza del 23 de noviembre al 24 de diciembre,
fechas en que familias pueden pasear por el bosque, mirar los árboles en
compañía de sus hijos y mascotas, y elegir un pino para llevar a casa.
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Proceso
Durante
el año trabajan en el rancho cuatro jefes de familia, quienes se encargan de
abonar los pinos, podar la hierba o pasto a través del pastoreo de borregos; y
lo más importante. siempre están vigilando que el cultivo no se pierda por
plagas, pues podría acabar con todo.
“La
gallina ciega, el barrenador y el nenis son las plagas más peligrosas. El nenis
la gente lo conoce como tráiler, ése se mete al interior del tronco y se
lo va comiendo por dentro, lo mismo le hacen a la milpa.”

Una
vez seleccionado el pino se corta y don Abel, de 46 años, junto a uno de sus
compañeros, lo sube a una camioneta de redilas, lo llevan a la entrada, donde
tienen habilitados unos toneles sin fondo suspendidos de forma horizontal, en
los que meten el pino por el tallo y lo jalan desde el otro extremo, en que hay
una red que lo cubre para que al salir esté protegido por una ligera red
plástica, misma que lo comprime para impedir que se maltraten sus ramas en el
camino y lo puedan subir al toldo de cualquier vehículo.
Los trabajadores les preguntan a los clientes
si desean un pino con tallo, ideal para ser colocado en un macetón o base de
madera, la cual no recomiendan del todo, pues “implica introducir un clavo en
el centro del tronco y éste hace que el árbol se seque en menor tiempo, a
diferencia de los que se ponen en una maceta o bote, que hasta pueden ser regados y duran más
tiempo verdes”.