Lo que necesitamos es regresar a nuestra matriz cultural: Natalio Hernández

Natalio Hernández Xocoyotzin presentó en Puebla su libro Yancuicixtlachihualistli, Forjando un nuevo rostro de la educación indígena

Natalio Hernández Xocoyotzin es originario de Lomas del Dorado, Ixhuatlán de Madero, Veracruz. Escritor, académico e investigador del náhuatl. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Presidente de la Fundación Cultural Macuilxóchitl.

En 2008, tradujo la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos a la lengua náhuatl. A lo largo de su trayectoria se ha hecho acreedor a los siguientes premios: Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas; Bartolomé de las Casas, otorgado por la Casa de América de España; y Toltecáyotl de Letras Indígenas.

Ya lo dijo Miguel León-Portilla: Natalio “es un hombre necesario para el país por ser un docente comprometido, creador de instituciones y promotor y difusor de las lenguas originarias, además de escritor y poeta.”

En días pasados presentó en Puebla su libro Yancuicixtlachihualistli, Forjando un nuevo rostro de la educación indígena, en el Auditorio del Centro Internacional de Prospectiva y Altos Estudios (Cipae). Es un trabajo que cobra fuerza y una notable notoriedad en el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el poeta compartió el trabajo que realiza en escuelas y comunidades para que nos reencontremos con nuestras raíces.

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Según su investigación, ¿cómo ha sido la historia de la educación indígena en nuestro país?

La obra recapitula un proceso de 50 años de la educación indígena en México. A partir de la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, José Vasconcelos emprendió un proyecto para generar un lenguaje común en nuestro país: el español.

Este modelo educativo genérico entró en crisis. A partir de 1992, con la reforma de constitucional del artículo 4º, donde se reconoce la presencia de los pueblos originarios; se impulsa una educación bilingüe en donde el español ya no era impuesto con violencia física y psicológica, sino a voluntad.

Con esto se logró que los niños indígenas salieran de la primaria leyendo y escribiendo en español, pero también en su lengua materna. Cuando ocurrió el levantamiento zapatista, una de sus metas era generar una educación multicultural bilingüe no sólo para los pueblos originarios, sino para todos los mexicanos, con el fin de hacernos conscientes de que somos mestizos.

¿Qué papel tiene la poesía en la preservación de las lenguas originarias?

—Más que una preservación, nosotros hablamos de un desarrollo y empoderamiento de las lenguas indígenas desde la literatura. Muchos jóvenes están impulsando esto desde sus trincheras y con su trabajo. A través de la literatura, el sistema educativo tiene que irse abriendo a esta propuesta de la diversidad lingüística. A partir de eso, se deben visibilizar las lenguas indígenas.

¿La lengua nos hace regresar a nuestro origen, a nuestra casa?

Lo que necesitamos los mexicanos es regresar a nuestra matriz cultural mesoamericana, en un sentido mucho más amplio de lo que esto significa. Los mexicanos durante siglos hemos privilegiado el pensamiento occidental; todos nos educamos a la manera europea; es decir, en nuestro modelo educativo desde el preescolar se impone este pensamiento. Lo que se debe hacer es recuperar nuestros orígenes; ésta es la forma de regresar a casa. El retorno se debe dar sin negar nuestra ascendencia europea.

Si no regresamos, México se va a desdibujar y las generaciones del futuro no van a saber por qué son mexicanos; esto sólo se puede lograr a partir de la recuperación de nuestro acervo cultural milenario, y no sólo indígena, sino también africano. Es necesario que la gente reconozca sus orígenes y se sienta orgullosa de ello; ése es el futuro que yo planteo.El mexicano niega la ascendencia indígena que lo construye, pero en ocasiones también refuta la europea. Esta ambivalencia no nos permite saber quiénes somos.”

¿Cómo se podría contrarrestar esto?

Necesitamos conocer, valorar y reconocernos en nuestros orígenes; no se trata de negar ni rechazar, sino de hacer una síntesis orgánica de todas las culturas que nos construyen. De esta manera podremos superar el racismo, que tanto lastima a nuestro país y al mundo.

Este 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, y esta conmemoración cobra fuerza al saber que año con año el número de hablantes de alguna lengua originaria va disminuyendo. Esfuerzos como los de Natalio Hernández permiten la perpetuación del legado lingüístico y cultural de estas comunidades.

Yancuicixtlachihualistli, Forjando un nuevo rostro de la educación indígena debe ser una pieza imprescindible en los libreros de todos los mexicanos. Es una forma de dialogar con el pasado y hacer una retrospectiva sobre todo lo que hemos estado haciendo mal, en el ámbito educativo y social, y cómo podemos tomar un nuevo rumbo con políticas públicas que permitan el desarrollo de las comunidades indígenas, muchas veces enaltecidas en los museos y discriminadas en las calles y en las aulas.

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