Fuerza y belleza: las mujeres de la Revolución

No sólo los hombres los que escribieron esa parte de la historia. También aparecen mujeres que significaron algo importante en la Revolución Mexicana

El 20 de noviembre de 1910, el pueblo mexicano se unió para luchar por la libertad. Se unieron contra el dictador. En ese periodo surgieron caudillos valientes cuya historia queda en la memoria de México. Personajes importantes de la historia se consolidaron o derrumbaron en ese periodo, como es el caso de Porfirio Díaz, Madero, Zapata, Villa y Carranza, quienes escribieron los capítulos más destacados de este histórico movimiento.

No sólo fueron los hombres los que escribieron esa parte de la historia. También aparecen aquellas mujeres que se significaron como una parte importante en la Revolución Mexicana. Su trabajo no se limitó a las labores domésticas, ya que ellas desempeñaron importantes labores como reporteras, editoras de periódicos, maestras, telegrafistas, enfermeras u oficinistas, confiriendo una importancia vital a su presencia, amén de que muchas participaron directamente en el conflicto armado.

Es por eso que hacemos un recuento de algunas de ellas y de su labor en la Revolución Mexicana.

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Carmen Serdán Alatriste

La revolucionaria poblana María del Carmen Serdán fue una mártir del inicio de la Revolución. Simpatizante de la causa maderista, fue hermana de Natalia, Aquiles y Máximo Serdán, célebres revolucionarios, y nieta de Miguel Cástulo Alatriste Castro, quien fungió como gobernador liberal del estado de Puebla. Fue una valiosa colaboradora en la campaña antirreeleccionista maderista llevada a cabo en el estado de Puebla, particularmente en su ciudad capital.

Su casa, ubicada en la calle de Santa Clara en la ciudad de Puebla, sufrió los ataques del ejército federal y la policía estatal el 18 de noviembre de 1910. Fusil en mano, salió al balcón para incitar al pueblo a unirse a la lucha antirreeleccionista, acto en el que salió herida. En el operativo militar su hermano Aquiles murió, y ella, junto a su madre y la esposa de su hermano, fueron conducidas a la cárcel de La Merced. Después las enviaron al hospital municipal de San Pedro.

Las adelitas o soldaderas

Las adelitas o soldaderas fueron mujeres que participaron de manera activa en la lucha armada, formando parte de diferentes contingentes militares, donde desempeñaron diversos puestos como soldados, cocineras, enfermeras o ayudantes.

Este singular grupo fue creado por Adela Velarde, originaria de Ciudad Juárez y quien desde joven mostró su pasión por la medicina y se incorporó a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca en 1915.

El compositor Antonio del Río le escribió canciones como La charrita. Además existen más canciones populares que hablan de ella, como La adelita.

Margarita Neri

Margarita Neri fue una de las pocas mujeres con nombre propio en la Revolución. Oriunda de Quintana Roo, había sido una hacendada antes de la Revolución. Luego de ser abandonada por los hombres durante el conflicto, Neri levantó su propio ejército, unos 200 hombres al principio, pero que aumentó a mil en sólo dos meses.

Elisa Griensen Zambrano

Elisa Griensen Zambrano era una joven de Parral, Chihuahua. A los 12 años ya era una firme partidaria de Villa, y al mismo tiempo una fuerte opositora a las fuerzas estadounidenses en el país. Cuando se enteró de que los hombres de Parral no querían luchar contra las tropas de Pershing en 1916, ella misma reunió a un grupo de mujeres y niños para hacer frente al comandante Frank Tompkins.

Chonita

Encarnación Mares de Cárdenas logró obtener un rango muy alto en una de las fuerzas rebeldes que se oponían a Victoriano Huerta. Como resultado de su buen desempeño en la Batalla de Lampezo, Nuevo León, la ascendieron de cabo a teniente.

María Quinteras

María Quinteras de Merás fue una coronela muy respetada por Pancho Villa. Esta soldadera demostró sus cualidades militares en las diez batallas en las que luchó durante los tres años que permaneció en el ejército villista, de 1910 a 1913. Al igual que la teniente Mares de Cárdenas, Quinteras de Merás también se vestía como los hombres, con uniformes color caqui y cananas.

Luz Corral

Luz Corral fue la primera esposa de Pancho Villa. Su primer encuentro ocurrió en San Andrés, Chihuahua.

Al descubrir la pobreza de la madre de Luz, Villa sólo se llevó maíz, café y tabaco de su modesta tienda. Después, cuando Luz llevó las provisiones a las tropas, Villa quedó prendado de ella y le propuso matrimonio. Villa ya había propuesto matrimonio a varias mujeres en Chihuahua. Sin embargo, se casó con Luz después de la firma del Tratado de Ciudad Juárez, en 1911. Aunque El Centauro llegó a casarse con otras féminas, Corral está considerada como su primera, y la única que contribuyó a su carrera política. Villa dejó oficialmente a Corral en 1921. 

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