A prueba, la credibilidad del Instituto Electoral del Estado

La selección y designación del consejero presidente del Instituto Electoral del Estado (IEE) es la prueba de fuego de la credibilidad del organismo

El proceso de selección y la propia designación del consejero presidente del Instituto Electoral del Estado (IEE) ponen a prueba la institucionalidad y la credibilidad del organismo, pero igualmente exhibirá el talante democrático del gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Los politólogos Juan Luis Hernández, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana (Ibero), y Hervey Rivera, académico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), lo plantean como los retos centrales del proceso.

Los docentes universitarios coinciden en que después de los comicios de 2018, cuando el órgano local falló en principios rectores como la imparcialidad y la credibilidad, ahora es el momento de que los recupere.

Los consejeros del INE tienen doble trabajo: por un lado, no sólo poner un perfil que conozca y tenga experiencia en gestionar procesos electorales locales, sino que también esté lejano del nuevo poder en Puebla,” dice Hernández.

Ése es el gran reto y desafío del INE, que creo tienen perfectamente leído que se requiere fortalecer la institucionalidad local del organismo.”

El politólogo de la Ibero expresa que todos los gobernantes enfrentan siempre la tesitura de influir en los nombramientos, particularmente de los órganos autónomos, otro reto del proceso vigente.

Hernández considera que Miguel Barbosa no es el igual en condición política al que fuera jefe del grupo morenovallista, y observa características que lo manifiestan.

Sin embargo, ve imperativo que el actual titular del Ejecutivo ponga sobre la mesa su talante democrático.

“A diferencia de Rafael Moreno Valle, un político que aspiraba a tener el control total y absoluto del territorio y de la institucionalidad, en esta nueva condición política podemos apreciar una mayor poliarquía, en lo que conocemos como una mayor dispersión de poderes,” añade Juan Luis Hernández.

“(El gobernador) tiene una excelente oportunidad para poder diferenciarse del gobierno anterior,” reitera.

El profesor insiste en que la independencia o apartidismo de quien resulte presidente del IEE, envía una señal con respecto a la confianza de los ciudadanos en la institución electoral; de ahí que crea que un proceso cuidado, a la altura política, empoderará otra vez al organismo local como confiable.

Hervey Rivera, académico de la BUAP, también cree que este proceso de selección abre la puerta a la recomposición política del IEE, y advierte que con eso debe lidiar el INE y, por supuesto, el perfil electo para esa encomienda.

No obstante, admite que siempre hay riesgo de injerencia de actores políticos, como puede ser el gobernador, ya sea por la presencia de personeros dentro de los aspirantes, o cabildeo para la selección de un personaje allegado.

Expresa que resultó evidente la injerencia del morenovallismo en el órgano electoral; pero ahora, en una dinámica distinta, es importante esperar al comportamiento del mandatario Miguel Barbosa.

Aunque a diferencia de otros procesos, manifiesta que ahora no existe un perfil de tanta cercanía al Ejecutivo, porque éste no posee un grupo político propio y por esa condición no le alcanza para intervenir.

“Absolutamente tiene (Barbosa) la oportunidad de mostrar un mensaje formidable; la cuestión es si pasa por su cabeza esa idea, si está dispuesto a ceder,” menciona.

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Perfiles

Los 42 perfiles inscritos en el proceso de selección para definir quién ocupará la presidencia del IEE, no son ajenos a la polémica. Por ejemplo, entre los aspirantes aparece el exconsejero electoral José Víctor Rodríguez Serrano, con un desempeño cercano al poder político.

En la lista destacan dos mujeres: Amalia Oswelia Varela Serrano, quien aún funge como directora de Prerrogativas y Partidos Políticos en el órgano; y Marcelina Sánchez Muñoz, exdirectora general de la institución.

Ambas poseen amplia trayectoria en la materia. En diferentes momentos fueron partícipes de decisiones avaladas en el Consejo General, señaladas como parciales por parte de la oposición al poder en turno.

Después, con menos reflectores políticos, figuran funcionarios del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), como Israel Argüello Boy, secretario general de acuerdos; Salvador Sotero Jiménez Martínez, actuario; y René Lazard Acosta, secretario instructor.

También hay aspirantes con cargos en la estructura operativa-administrativa del INE, como Rosalinda Cordero Guridi, vocal ejecutiva en la junta distrital 14, y Miguel Ángel García Onofre, vocal ejecutivo en la junta distrital 7.

Otros perfiles que forman parte de la organización del instituto son Guadalupe Aguilar Montiel, jefa de Oficina de Seguimiento y Análisis en la junta distrital 2; y Ubaldo Alberto Hernández Ponce, que desempeña el mismo cargo, pero en la junta distrital 3.

Juan Luis Hernández expresa que en la selección los consejeros del INE deben privilegiar tres condiciones: primero, dice, el conocimiento técnico, logístico y profesional en la organización de elecciones.

En segundo lugar, considera, es relevante que la persona seleccionada provenga del servicio profesional de carrera; es decir, que se determine por méritos a partir de la trayectoria dentro del propio organismo. Finalmente, que sea ajena a intereses partidistas.

Hernández admite que siempre existirá presión por parte de actores políticos, como partidos y gobernantes, pero el reto del INE es elegir “al perfil más independiente o más imparcial posible”.

“No quiere decir que existan los perfiles absolutamente neutrales, pero sí podemos esperar un perfil lo más apartidista posible, o uno lo más independiente posible de las presiones partidistas,” expresa.

Hervey Rivera ve indispensable que quien resulte electo posea una formación académica profesional sólida, sea en el campo del derecho, la política, administración pública o economista; e incluso, agrega, en la que se privilegie el empoderamiento de la mujer.

Coincide con el académico de la Iberoamericana al considerar como un factor determinante su experiencia operativa en materia electoral.

El profesor de la BUAP cree que de la selección del mejor perfil depende, incluso, la armonía social y política de la entidad.

“A nivel local hay que ver lo que pasó el año pasado: una elección atípica en la que arrasa un partido, menos la gubernatura, y después se conoce el desaseo que hubo, que documenta el Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación) y que quedó asentado en una ponencia de un Magistrado que solicitó la anulación.”

Parcialidad, una tradición

El INE enfrenta una de las más oscuras tradiciones del organismo local: la parcialidad del IEE a partir de la injerencia del poder político en turno.

En las últimas dos décadas, los últimos cuatro presidentes de la institución electoral poblana ─desde que es identificada como IEE y aún en su conversión a órgano local─, de acuerdo con señalamientos de la oposición, mostraron comportamiento de beneficio para el oficialismo.

La misma actuación caracterizó a Alejandro Necoechea Gómez, Jorge Sánchez Morales, Armando Guerrero Ramírez y Jacinto Herrera Serrallonga, según expedientes oficiales de quejas de partidos políticos y reportes periodísticos.

El primero, Necoechea Gómez, señalado por el favoritismo que lo asoció al PRI, al grado de quedar exhibido por una reunión que él y otros consejeros sostuvieron con el equipo del entonces candidato a la gubernatura, Mario Marín (e-consulta, junio 2004).

Jorge Sánchez, actualmente magistrado en una Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), es recordado por su persistencia en negar la celebración de un segundo debate entre candidatos al gobierno estatal, entonces protagonizado por Moreno Valle y el priista Javier López Zavala.

Mientras que el escándalo terminó por sepultar a Guerrero Ramírez, por ocultar que carecía de título profesional y la cédula respectiva (e-consulta, julio 2015).

La aportación de Jacinto Herrera terminó por dañar, más que los otros, la credibilidad del IEE.

Como presidente del organismo, según la ponencia del magistrado José Luis Vargas, en su encargo se rompió la cadena de custodia: el hundimiento.

Quien resulte electo debe ir a contrasentido de la historia política. La credibilidad y la imparcialidad requieren su restauración, si la finalidad es que los poblanos regresen a las urnas en el 2021.

“Maratón Guadalupe-Reyes”

Aunque el proceso ya inició y el primer filtro se aplicó este 9 de noviembre con un examen a los 42 aspirantes, en realidad todos participan en una especie de “Maratón Guadalupe-Reyes”, que se extenderá un poco más allá de esa fecha.

En una semana se conocerán los resultados de la prueba de donde saldrán los perfiles que pasen a la etapa de elaboración de un ensayo presencial, que consiste en la segunda etapa de depuración del listado.

El procedimiento no concluirá en diciembre, sino hasta el 23 de enero, cuando el Consejo General del INE elija al presidente, quien deberá entrar en funciones al siguiente día, ya de 2020.

Este “maratón” es de resistencia para los consejeros electorales del órgano nacional, y el éxito de la carrera no es llegar a la meta, con la selección de un perfil, sino definir uno, como dicen los profesores universitarios, que ofrezca credibilidad.

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