Vecinos, no cabe duda que las cosas en Puebla cada vez se ponen más picosas, ya sea porque los ambulantes siguen donde siempre han estado, ya sea porque el transporte público sigue haciendo de las suyas, o porque la inseguridad anda desatada. Y si no me creen pregúntenle a Lalo Rivera y a su esposa, quienes fueron víctimas de un asalto donde a punto de pistola les quitaron su camioneta Tiguan.

Lo que parece curioso, o más bien lo que se comenta en la vecindad, es que este modus operandi ya lo hemos visto. No es casualidad que ésta sea la cuarta Tiguan que roban en ese rumbo en menos de dos meses.

¡Hasta en las mejores familias! Vamos a ver qué logran Mónica Roldán Reyes y Lucio Ramírez Luna ahora que buscan ampararse contra el procedimiento que llevó a la designación del nuevo presidente de la Comisión de Derechos Humanos del estado, calificada por diputados de oposición como un acto impositivo y antidemocrático. 

Por supuesto que por mucho que los morenistas defiendan su decisión, dicen que salta a la vista la forma en la que condujeron el proceso para que el dedo, perdón, la elección recayera en José Félix Cerezo Vélez. Así que se viene un conflicto legal al Legislativo, que de entrada ya pone en entredicho la legitimidad de sus actos.

Miren ustedes, vecinos, no es por molestar, pero los secretarios del gabinete se quedan cortos en estos 100 días de gobierno…

Se ha dicho más del gobernador que del trabajo que hacen sus colaboradores, que por cierto no contribuyen al lucimiento de su jefe y exhiben al mismo tiempo su falta de capacidad para atender las dependencias que les fueron encomendadas.

Vamos a ver si se animan a ponerse las pilas. Finalmente queda mucho trecho por delante, aunque hasta ahora no se ve claro que eso quieran, porque las versiones de renuncias de secretarios están a la orden del día.

¿Se acuerdan del problema en el Cereso de San Miguel que expusimos recientemente en “La Vecindad”? Pues resulta que llegó a donde tenía que llegar, y la Secretaría de Seguridad Pública anunció que va a revisar y poner orden en ese lugar, aunque en realidad lo que va a hacer es un desorden.

Parte de esas acciones para que el Cereso se maneje de buena forma es la rotación de personal de los custodios, quienes serán asignados a otros centros de readaptación en el interior del estado, y todo esto tendría sentido si la decisión se hubiera tomado antes de que surgieran las denuncias y las acusaciones en contra de directivos, pues la reacción sólo deja dudas sobre si en realidad se trata de una acción de orden, y no de represalias contra aquellos que alzaron la voz contra la corrupción.

Vamos a ver qué sucede con este caso, que, a todas luces, ya parece insostenible.