El verdadero costo de la corrupción en el gobierno,

sea local, estatal o federal, es la pérdida de la confianza pública.

Mike Quigley

La semana pasada, un grupo de profesores y estudiantes de diversos estados de la República --Hidalgo, Puebla, Nuevo León, Querétaro, Estado de México y Ciudad de México-- tuvimos la oportunidad de viajar a Estados Unidos por un proyecto académico que desde 2016 hemos desarrollado en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla.

Dicho proyecto se enfoca en el análisis y diseño de propuestas de solución del fenómeno de la corrupción en nuestro país, a través de la Iniciativa denominada “Semana i Solo para Incorruptibles”. Una actividad que implicó ese año de arranque la suma de esfuerzos para construir mejores prácticas ciudadanas de combate a la corrupción y que contó con el acompañamiento de Transparencia Mexicana, Coparmex, Volkswagen, Cemefi e Imco, entre otros aliados estratégicos, convirtiéndose en 2017 en una Agenda Internacional que también promovimos en 2018 en Washington con organizaciones y organismos internacionales, think tanks, centros de investigación, representantes políticos, universidades, el cuerpo diplomático mexicano y periodistas.

El propósito de visitar Washington es conocer la perspectiva internacional sobre esta problemática, analizando la percepción que se tiene de la corrupción en el exterior, a fin de promover mejores prácticas ciudadanas y herramientas de incidencia pública en el sector público, el sector privado y el tercer sector.

En la primera edición de la Agenda Internacional trabajamos con ese objetivo, pero con la visión internacional; mientras en la edición de 2018 se diseñó una Estrategia de Integridad Pública para el gobierno federal en la transición de gobierno, que se presentó con un plan de comunicación para implementarla.

Sin embargo, este año nos propusimos crear una agenda de trabajo binacional, en la que integramos una perspectiva de la corrupción desde el exterior pero con un enfoque local, haciendo alianzas de colaboración en México con el Ayuntamiento de San Andrés Cholula, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública, los Comités de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Guanajuato.

En Estados Unidos, nos reunimos con expertos del World Justice Project, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Organización de Estados Americanos (OEA), The Washington Office on Latin America (WOLA) y el Woodrow Wilson Center y la Embajada de México, entre otros, para conocer su opinión sobre los avances y asignaturas pendientes de México en esta materia.

De esta manera, se conjugaron diversas opiniones que el Grupo Estudiantil Solo para Incorruptibles integró para el diseño de una propuesta de Guía Local Anticorrupción con el grupo de estudiantes que viajó a Washington; incluyendo las recomendaciones y aportaciones de todo el cuerpo de académicos, expertos, periodistas, funcionarios públicos y la Iniciativa de Transparencia y Anticorrupción del Tecnológico de Monterrey.

Éste es un ejercicio sin precedentes en la puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrupción en los estados de la República, que no ha logrado integrar plenamente a los ayuntamientos en esta materia; lo que resulta paradójico, ya que a pesar de que el gobierno local es el más cercano al ciudadano, es al mismo tiempo el que al parecer menos conoce la ciudadanía.

Los estudiantes se enfocaron en tres áreas estratégicas para promover políticas públicas que desde la raíz mejorarían el combate a la corrupción: transparencia, contraloría y participación ciudadana. Iniciativa que me parece extraordinaria por tres aspectos fundamentales: 1) Los jóvenes se están implicando activamente en analizar las causas y consecuencias de la corrupción en el ámbito local; 2) Diferentes actores o stakeholders comienzan a reconocer la importancia de impulsar una red de colaboración para promover acciones y herramientas de incidencia pública en esta materia; y 3) Se puede fortalecer la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción en los estados, integrando a los gobiernos locales.

Será esta semana cuando los estudiantes de diversas carreras (derecho, ciencia política, relaciones internacionales, economía, ingeniería en sistemas, finanzas) le expongan a la presidenta municipal de San Andrés Cholula sus recomendaciones y reflexiones de este ejercicio.

Lo que sin duda será muy enriquecedor, porque los jóvenes podrán plantear una propuesta concreta e integral a un gobierno municipal; y a su vez, la autoridad local podrá conocer el potencial de los estudiantes que hoy se están formando para ser los futuros tomadores de decisiones del país. Experiencia que permitiría fortalecer el Estado de Derecho, la confianza pública y la relación entre el gobierno y la sociedad.

* Profesora de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey

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