Carta a Droguett y Fadanelli

  • URL copiada al portapapeles

Querido Guillermo, te saludo con entusiasmos renovados después de unos meses víctima de los menesteres diarios. Lo mejor del año es que está por terminar, ¿no lo crees, estimado Guillermo? No obstante, tuve la oportunidad de seguir una de tus recomendaciones y me dispuse a leer Patas de perro del escritor chileno Carlos Droguett. Debo confesar que me impresionó gratamente por la potencia de su narrativa que explota en diferentes partes del libro. Recuerdo fragmentos donde nos sumerge en la condición de Bobbi que refleja una analogía de la sociedad en la que vivimos; en particular sobre los grupos vulnerables, que no han cambiado a través del tiempo. Su estilo me parece pertinente con los tiempos modernos, donde los animales (para su desgracia) se han transformado en blanco de las frustraciones humanas.

¿Quién fue el escritor de esta novela? La curiosidad siempre ha sido mi punto débil, Guillermo, y descubrí que Droguett fue un exiliado de la dictadura de Pinochet y poco tiempo antes de morir, según cuenta la leyenda, pidió que sus cenizas fueran lanzadas al inodoro. Junto a esas aguas grises debía colocarse un letrero con sólo esta línea: “Aquí yace Carlos Droguett”. Era un crítico de escritores como Vargas Llosa, que desde su visión no poseía el talento para transmitir sentimientos tan funestos como el sufrimiento, la angustia, el dolor o la muerte. Su visión es debatible, pero algo que me parece acertado de sus declaraciones es que consideraba a la novela como una expresión de vida y no de fuga. El arte, por más obscuro que se manifieste, siempre será un grito vital desde la profundidad de los corazones humanos. Qué tristeza, estimado Fadanelli, “Bobbi nunca será feliz, nació deforme como los artistas y, como la de los artistas, su deformidad es perfecta. Ésa es su maldición.”

En otro tema, debo confesar que ha sido un año difícil, lleno de silencio y conversaciones meditabundas. Qué complicado y qué necesario es resignarse. La vida pasa y no admite tregua, arremete con vehemencia hacia nuestras ilusiones. Sin embargo, todo tiene su gracia y los años nos permiten de vez en cuando disfrutar del fruto de nuestro esfuerzo y comprobar que el recorrido siempre será más importante que el destino, y que una persona forja su carácter con base en lo que considera valioso para levantarse de la cama. Otro camino resulta imposible de transitar. Hasta el momento me he salido con la mía. No existe hombre reptante sin fe. ¿De dónde proviene mi bravura? De un día que tuve la fortuna de encontrarme con Hemingway y “El viejo y el mar”.

Finalmente, querido Guillermo, me da mucho gusto que la revista Moho esté publicando novedades y le deseo muchos años más de vida. Te comparto un cartel de una convocatoria que hice con unos amigos aquí en Puebla que para nuestra mala suerte está teniendo éxito. Quizá todo se trate de crear una mentira, llenarla de lógica y aferrarte a ella.

Te saluda y te envía un abrazo sincero, Acsel.

Posdata: “Tú tienes de perro, tú tienes patas visibles de perro, pero yo las tengo espirituales, yo las tengo en el ánimo y en el alma, somos dos hombres incompletos, dos perros aún no terminados en vez de uno”.

 

  • URL copiada al portapapeles