Crisis democrática en Latinoamérica

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“El mundo debería ser un lugar seguro por la democracia.”

Woodrow Wilson


Desde el año pasado, Latinoamérica comenzó a sacudirse como hace tiempo no lo hacía, tras una serie de procesos electorales que transformaron el espectro político de la región. El último año, los ciudadanos de Colombia, Chile, Perú, El Salvador, Panamá, Guatemala y, destacadamente, México y Brasil, decidieron un giro importante en el tipo de liderazgo político de sus gobiernos; los resultados de esos comicios fueron un hito en la reconfiguración del mapa del poder latinoamericano y terminarán con los últimos procesos electorales que se realizarán en Uruguay y Argentina en este mes. Sin embargo, está por verse si el cuestionado resultado electoral de Bolivia se mantiene, ya que Carlos Mesa, principal candidato opositor al actual presidente, ha pedido movilizaciones civiles en defensa del voto, tras denunciar fraude en las elecciones presidenciales.

Subrayo lo ocurrido en nuestro país, cuando en 2018 accedió al poder por vez primera un presidente de izquierda, tomando protesta del cargo en diciembre de ese año; y en Brasil, cuando asumió el cargo un mandatario de extrema derecha al inicio del 2019. Desde ese momento, ya se expresaba en las urnas un claro descontento social en los dos países más poblados de la región, provocado por una crisis de representatividad política, eficacia, eficiencia y legitimidad que, extendida en distintas latitudes latinoamericanas, movilizó a las masas a votar en contra de regímenes políticos alejados de un sistema democrático, encabezados por diversos espectros ideológicos que se agotaron. Sin embargo, hoy los movimientos sociales se han desplazado al espacio público, demandando la garantía de derechos, protestando en contra de la subida de los precios de productos y servicios básicos; el desempleo o abusos de poder, en su mayoría sin ser la ideología política su principal detonante de concentración para el apoyo colectivo.

Los recientes casos de descontento social en diversos países de América Latina apuntan hacia un punto de inflexión en el funcionamiento de la democracia en la región. Pareciera que se trata de una crisis política que se extiende y que hoy se manifiesta como consecuencia de diversos factores económicos, políticos y sociales de hace tiempo, que han dejado en nuestros días un sinnúmero de conflictos entre el gobierno y la sociedad. En esta coyuntura política, el desafío de la transición democrática afecta a los gobiernos latinoamericanos de un espectro ideológico variado:

 

• Ecuador (Centroizquierda)

• México (Izquierda)

• Venezuela (Izquierda)

• Bolivia (Izquierda)

• Argentina (Centroderecha)

• Chile (Centroderecha)

• Perú (Centroderecha)

• Brasil (Derecha)

• Colombia (Derecha)

• Honduras (Derecha)

 

Sistemas políticos que enfrentan el gran desafío de consolidar su legitimidad y gobernabilidad democrática, en medio de problemas de diseño económico, corrupción, impunidad, desigualdad social o violencia; regímenes de corte presidencialista en tu totalidad, aunque el caso de Perú es interesante como unidad de análisis en política comparada, porque es un sistema político presidencialista que combina elementos de tipo parlamentario. Lo que explica que el presidente haya disuelto al Congreso, y éste a su vez hayadestituido de su cargo al mandatario. Para los estudiosos del derecho constitucional, también resulta muy interesante la arquitectura jurídica de este sistema de gobierno, toda vez que se contempla un presidente, dos vicepresidentes y adicionalmente, al presidente del Congreso como encargados de ejercer el Poder Ejecutivo si fuera necesario. Sin embargo, a pesar de esto, no hay gobierno que al menos hasta las próximas elecciones que se convocarán el próximo año, parezca capaz de generar condiciones de estabilidad política, ante la crisis más grave de su historia entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.

En estas circunstancias, está cambiando la situación política de la región latinoamericana, que históricamente tuvo un carácter hasta cierto punto homogéneo, pasando por procesos independentistas y populistas, que más tarde se tradujeron en dictaduras militares en los 60 y 70, pasando por el neoliberalismo en los 90; y, finalmente, volteando hacia la izquierda en los últimos años. Sin embargo, hoy parece abrirse una nueva etapa, heterogénea, compleja y desafiante.

*Profesora de Tiempo Completo

del Tecnológico de Monterrey

@floresm_mx /

[email protected]

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