A revivir El Relicario

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Jaime OAXACA


Octubre 22, 2019

O cambian de procedimiento, o El Relicario seguirá vacío.

Urge llevar gente al tendido. No sólo es cuestión de dinero, la tauromaquia necesita de aficionados. Que regresen los viejos y lleguen los nuevos.

Ese ha sido el problema básico de la fiesta en Puebla en los últimos dos años: la poca asistencia del público. De abril de 2017 a la fecha, Pedro Haces y Curro Leal han organizado 15 corridas y dos novilladas, muchos más de lo que se realizaba en años anteriores. Bull Producciones le ha dado movimiento a la plaza, eso es innegable.

No obstante, sólo una corrida en febrero de este año ha provocado tres cuartos de plaza. Para tal festejo se citó a la prensa en toda forma; el resto lo promovieron por redes sociales y la gente ni se enteró.

Quizá la empresa debe modificar su estrategia de publicidad, acercarse a los medios de comunicación, promocionarse, lo que sea. Basta de localidades vacías.

El pasado 28 de septiembre la empresa envió un comunicado para informar que El Relicario de Puebla tendrá actividad, un serial al que denominan “Feria Guadalupana”, el cual constará de cuatro fechas: una en noviembre y tres en diciembre.

El coso poblano no tiene actividad desde el pasado 12 de mayo. La empresa, mediante otro comunicado, anunció una corrida para junio; al parecer fueron las lluvias el motivo de la cancelación. Oficialmente no hubo información al respecto.

Es una fortuna para la tauromaquia poblana y nacional que El Relicario no se haya demolido, como todo mundo suponía que iba a suceder; inclusive hasta una despedida hubo en mayo de 2016.

Nostalgia y dolor había en los aficionados, pero con todo y todo, sucedió.

En noviembre de aquel 2016 la fiesta se trasladó al Acrópolis, un centro de espectáculos que se adaptaba para celebrar corridas. El lugar no resultó del agrado de los aficionados. Sólo tres toreadas se realizaron, una en 2016 y dos en la feria de mayo de 2017.

Casi salida de la chistera apareció la empresa Don Bull, integrada por Pedro Haces y Curro Leal. Sus buenas relaciones con personajes del gobierno poblano consiguieron que les rentaran el Coso de Los Fuertes.

De una construcción que pudo ser demolida, surgió la resurrección de El Relicario, para convertirse nuevamente en el recinto taurino de la Puebla de los Ángeles. Así que, 714 días después de la supuesta despedida, El Relicario nuevamente abrió sus puertas.

Cuando se suponía que el embudo estaría a reventar por la reinauguración en la que actuaron los diestros Jerónimo, Sebastián Castella y Joselito Adame, no fue así.

Todos nos llevamos una desagradable sorpresa. Triste entrada, gélido clima, tumultuoso juego de futbol a la misma hora de la corrida en el estadio de Puebla, alto costo del boletaje, escasez de publicidad, frío ambiente, todo se combinó para que sólo se ocupara poquito más de un tercio del tendido.

Para que la gente asista al embudo de Los Fuertes a la Feria Guadalupana, debe analizarse la conveniencia de no montar festejos el mismo día y hora que en la Plaza México. No sólo hay el riesgo que asistan a la capital del país en lugar de Puebla; deberían considerar que los festejos de allá se transmiten por televisión.

Las tres corridas planeadas para Puebla durante el mes de diciembre, coinciden con la Plaza México; 8, 12 y 15. Quizá valdría la pena reprogramarlas y pasarla al sábado, para que nuevamente los aficionados de la Angelópolis se acostumbren.

El Relicario celebrará 31 años el próximo 19 de noviembre, qué tal un convivio de la empresa con la prensa. Bull Producciones requiere que la afición los identifique, es buen momento para revivir El Relicario.

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