¿Cómo se construyó la obra?

—Tomamos como base el culto a la Virgen de Guadalupe y la resignificación de éste. Exploramos la transición de la adoración a Tonantzin en la época prehispánica a la Virgen de Guadalupe en las épocas posteriores, ya que es innegable la influencia de esta deidad en la sociedad mexicana. A partir de esto, lo relacionamos con el dolor de los pueblos desplazados de Guerrero. Es necesario visibilizar las cosas que ocurren en México y la única manera de hacerlo es a través del teatro.

¿Cuánto tiempo lleva El evangelio de Tonantzin?

—La acabamos de estrenar hace dos meses y medio. Llevamos 11 funciones, pero Íkaro lleva más de 5 años realizando obras con temáticas sociales.

Sabemos que se va a presentar en Xonaca, ¿cuál es la importancia de llevar el teatro a las colonias y los barrios?

—Nosotros traemos un tema político además del artístico; ambos van de la mano. La semana pasada fuimos a Tehuacán y sabemos que es un riesgo salir e ir a la taquilla. Es importante que la gente conozca la obra; se debe acercar el teatro a los lugares a donde no llega normalmente; si vas a la periferia de la ciudad y le preguntas a la gente si han visto una obra de teatro, muchos te dirán que no.

¿Cuál es la filosofía de Íkaro Foro?

—Buscamos que toda la gente asista. Si no tienen dinero para pagar la entrada, no hay problema; e incluso si no pueden transportarse hasta el lugar, nosotros los ayudamos.

“Esta es nuestra forma de resistir. La historia del evangelio de Tonantzin es fuerte, no es algo que nosotros estemos inventando; la violencia es algo real y por eso queremos llegar a la mayor cantidad de personas.”

En la obra participan Alfredo Cruz Colin, Vid Torres y Karen Cuevas.

El evangelio de Tonantzin se presentó el 18 y 19 de octubre en el Foro Teatral Xonaca.