Dos presidentas municipales; dos promesas incumplidas

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Fernando PÉREZ CORONA


Octubre 15, 2019

Este lunes, dos alcaldesas rindieron sus primeros informes de labores.

Claudia Rivera Vivanco, en Puebla.

Karina Pérez Popoca, en San Andrés Cholula.

(Hubo otros ediles que hicieron lo mismo, pero nos concentramos en dos)

¿Qué informaron?

Una amiga escribió en Twitter sobre el tiempo que la primera tardaría en rendir su reporte en el cabildo:

“Si está usted invitado, no pague estacionamiento, en una de ésas le da tiempo de ir y regresar en menos de los 15 minutos de tolerancia.”

Para mí, la crítica, en tono burlón, aplica para los dos casos.

Dos mujeres que prometían mucho.

Pero ha transcurrido un año desde que las presidentas municipales de filiación morenista asumieron los cargos y, hasta el momento, han brillado por mantener pendientes las respuestas a los problemas que más aquejan a la sociedad; en específico, el referente a la Seguridad Pública.

Pero no sólo eso.

En la capital poblana, el número de ambulantes se ha reproducido de manera acelerada.

El programa de bacheo, que en tiempos de Luis Banck, José Antonio Gali y Eduardo Rivera eran severamente criticados, ahora no dan oportunidad al ayuntamiento de defenderse, por lo que la carpeta asfáltica capitalina está invadida de hoyos.

La obra pública no existe; los servicios públicos carecen de calidad y se deterioran a pasos agigantados; un subejercicio de casi mil 200 millones de pesos exhibe que Rivera Vivanco tiene miedo. No ha podido aplicar más de una cuarta parte del presupuesto anual del ayuntamiento. No sabe cómo hacerlo y no quiere hacerlo mal, por lo que mantiene en el banco el dinero, sin darse cuenta que el tiempo es inmisericorde y que prácticamente en un tris se le acabó el tiempo, terminó el primero de tres ciclos.

En el municipio conurbado a la Angelópolis, en San Andrés Cholula, las cosas no pintan distinto.

Los regidores no están dispuestos a cubrirle las espaldas a Pérez Popoca, por lo que en tres ocasiones han rechazado el estado financiero de la comuna; un señalamiento singular merece su trato con los medios de comunicación, sobre todo por los convenios a sus amigos y cómplices, que se traducen en pagos superiores a 300 mil pesos mensuales para un medio hasta el año pasado desconocido; en su historial negro también está la tala en las inmediaciones de la zona arqueológica, para la realización del Catrina Fest.

Obvio, mención aparte merece el pasado Tecate Comuna, porque en los alrededores hubo no menos de tres docenas de cristalazos a vehículos de los asistentes. Por supuesto que si no puede con un masivo, menos logrará buenos resultados con la operación de los antros en la cabecerá municipal y en Sonata Angelópolis, donde parece el municipio 218 de la entidad, por su libertad y libertinaje.

El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta estuvo en los dos actos. Y como sucedió el domingo en Tehuacán, donde gobierna Felipe Patjane, también de Morena, el mandatario criticó a Rivera Vivanco, no así a Pérez Popoca.

A la edil poblana la exhortó a promover denuncia contra su antecesor por los actos de corrupción, y criticó que su administración esté llena de panistas y priistas; en cambio, con la segunda, prácticamente se dijo satisfecho con los resultados.

En México, hay tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Los gobernadores no deben rendir cuentas al presidente, ni los alcaldes deben hacerlo ante los gobernadores. De tal suerte que todos deben justificar su ejercicio ante el Poder Legislativo y, en caso de irregularidades, enfrentar la aplicación de la ley por parte del Poder Judicial.

Por lo anterior, no entiendo la actitud de Barbosa.

De entrada, este lunes llegó en mangas de camisa y sin corbata a un acto oficial, como restando importancia al reporte de la Vivanco, además de que se mostraba desesperado a la par de la lectura. Gesticulaba, jugaba con las manos, miraba hacia arriba y hacia abajo.

En pleno uso de su libertad de expresión, nadie puede impedir que critique, señale y opine sobre los gobiernos municipales. Sin embargo, le soy sincero, no me gustó que el mandatario lo hiciera en las sesiones de cabildo de Puebla y Tehuacán. Y no me gustó porque no es jefe de los ediles, y ellos no deben rendirle cuentas. No me gustó porque siempre cuestionamos el sometimiento de los ediles respecto al gobernador. En mi opinión, se perdieron las formas, el respeto, el orden constitucional, aunque la opinión de Barbosa, en buena parte, es la opinión de la mayoría de los poblanos.

Y recuerde: Nadie es completamente bueno, ni completamente malo.

 

*Periodista

[email protected]

@ferperezcorona 

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