El silencio de Rutilio

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Ramón Zurita Sahagún


Octubre 09, 2019

Cuando Rutilio Cruz Escandón fue nominado candidato de Morena al gobierno de Chiapas, levantó ilusiones entre la población por tratarse de un jurista de buena fama. Sus antecedentes como exdiputado federal, exsenador y entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia, lo avalaban.

Rutilio no era el favorito del entonces gobernador Manuel Velasco Coello, aunque en su favor obró su relación familiar con los López Hernández, ya que se encuentra casado con Rosalinda y es cuñado de Adán Augusto, el hoy gobernador de Tabasco, ambos cercanos al afecto del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El candidato de Morena aceptó limpiar el “cochinero” que estaba dejando el gobernador Velasco Coello, aunque por ahí soltó que procedería en contra de Juan José Sabines Guerrero, exgobernador del estado, si encontraba pruebas en su contra.

Eso provocó la desconfianza hacia Rutilio de parte de Velasco Coello, por lo que buscó frenarlo o amedrentarlo con la nominación exprés del abanderado del Partido Verde, Fernando Castellanos, que arropado desde el poder creció vertiginosamente, reduciendo la diferencia entre él y el ganador.

Rutilio llegó a tener varios picos por encima de los 40 puntos, hasta casi llegar a los 50 puntos en las preferencias de las encuestas, aunque finalmente ganó con el 39 por ciento, casi un millón de sufragios.

Sin embargo, el susto y la advertencia quedó ahí, el verdadero control lo tenía (tiene) Manuel Velasco Coello, por lo que los primeros diez meses de gestión no han sido nada relevantes.

Entre los amagos de Velasco Coello por retomar las riendas del poder en Chiapas, filtrar su nombre como posible secretario del gabinete presidencial, dejar constancia de su cercana relación con el Ejecutivo federal, asumir el control de su bancada y hasta designar como su asesor en el Senado de la República a su abuelo, Fernando Coello, Rutilio se quedó pasmado.

Del gobernador de Chiapas poco se sabe, solamente que se encuentra pendiente de las visitas del presidente a ese terruño y a su finca, situada en Palenque. Su inacción es total, no ata ni desata, ni toma iniciativa de ninguna clase y padece la carga en el erario dejada por su antecesor.

Entre los problemas de presupuesto, la presencia de migrantes, la crisis de seguridad y los líos de los alcaldes, el gobernador de Chiapas solamente es visto en eventos como el homenaje a Belisario Domínguez por los 106 aniversario de su asesinato.

De sus promesas de campaña, poco puede hacer ante el asedio de que es víctima. Se encuentra maniatado.

Finalmente, Felipe Calderón canceló su viaje a Monterrey para participar en un encuentro con alumnos del Tec de Monterrey, sitio en el que fueron asesinados dos estudiantes por parte de militares durante su administración.

Por cierto que continúa el activismo de Calderón y el lunes comió con el grupo de 50 Mujeres + Uno, que congrega a políticas, empresarias y profesionistas de todo el país y de distintas ideologías.

Finalmente, el Senado aprobó la renuncia del Ministro de la Corte Eduardo Medina Mora, con 111 votos a favor.

Por cierto que la minuta sobre Revocación de Mandato fue modificada en tres rubros: que la organice el INE, que no se efectúe el día de las elecciones y que no la solicite el presidente de la República.

Ya se verá si esas enmiendas convencen a los opositores, para que sea aprobada.

 

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