Indagan barcos militares de Cortés del siglo XVI

La iniciativa ya ha localizado un ancla europea; se alejan de toda polémica histórica para centrarse en la tecnología náutica de hace 500 años

La intervención militar que inició Hernán Cortés sobre el territorio mesoamericano en 1519, ocurrido entre los meses de julio y agosto de ese año, tuvo lugar en la Villa Rica de la Vera Cruz y consistió en el hundimiento intencional de la flota entera del conquistador. Era aquél un mensaje para su tropa: no había vuelta atrás ni regreso a Cuba, marcharían a México-Tenochtitlan.

Se han escrito incontables páginas, basadas en diversos testimonios y documentos de la época; “hasta ahora no se conocían vestigios arqueológicos de aquellas naos, carabelas, veleros y demás embarcaciones del temprano siglo XVI,” que pudieran referir a los especialistas de cómo era la navegación en ese siglo, o qué ocurrió realmente cuando Cortés ordenó ‘dar al través’ a sus naves.

Así lo comentó Roberto Junco Sánchez, al participar en el XXIV Simposio Román Piña Chan, como parte de las actividades de la XXX Feria Internacional de Antropología e Historia (Filah).

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La explicación

El arqueólogo subacuático explicó al público el método de trabajo y los resultados que hasta el momento registra el proyecto denominado “Arqueología Subacuática en la Villa Rica,” iniciado en aguas del litoral veracruzano en 2018.

Codirigida por él y por sus colegas norteamericanos, los arqueólogos Christopher Horrell, Frederick Hanselmann y Melanie Damour, parte de un interés científico compartido hacia la tecnología náutica del siglo XVI.

“Estamos alejados de cualquier polémica histórica relativa a Hernán Cortés y su actuar hace cinco siglos,” explicó el investigador, al resaltar el componente transdisciplinario y multinacional del proyecto, que suma la retroalimentación de especialistas de España, como Iván Negueruela, director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) de Cartagena; y de Shadi Kalantar, arqueóloga subacuática iraní.

El respaldo

Además del apoyo del INAH, se ha contado con el respaldo de la National Geographic Society. La suma de todas éstas y otras voluntades, a las que se añade la de la empresa canadiense de tecnología Marine Magnetics, “ha dado al proyecto resultados satisfactorios,” subrayó el titular de la SAS al hablar de un ancla europea, encontrada a 1.5 metros debajo del sedimento marino en 2018, y cuyo análisis en laboratorios de México y Estados Unidos ha probado que pertenece al siglo XVI.

Detalló que al conservar su cepo —componente de dichos instrumentos que antaño se elaboraba con madera—, los exámenes científicos practicados a éste concluyen que el árbol con el cual fue hecho, estuvo vivo durante la segunda mitad del siglo XV.

Ello coincidiría con la información que las fuentes documentales dan a los arqueólogos e historiadores, respecto a que, “se conoce que en Cuba no existían astilleros en 1519,” por lo que aquellos barcos utilizados por Hernán Cortés, Pánfilo de Narváez, Juan de Grijalva y Francisco Hernández de Córdoba en las primeras inmersiones al actual territorio mexicano, eran manufacturados en España, e inclusive “se mantenían en servicio a la Corona desde los tiempos de Cristóbal Colón,” a finales del siglo XV.

Al finalizar su ponencia, el equipo de especialistas se mantiene optimista de poder localizar más objetos, tanto ferrosos como de madera, en las aguas de la Villa Rica.

“Y más allá de que los elementos que hallemos puedan o no pertenecer a la flota de Hernán Cortés, nuestro interés en ellos es científico, con miras a saber más de cómo era la navegación entonces, y cómo inició el contacto entre Europa y Mesoamérica.”

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