Entre 2012 y el 30 de junio de 2019, la Secretaría de Salud registró 85 mil 274 personas atendidas por picaduras de alacrán en el estado, cifra equivalente a la población de los municipios de Xicotepec de Juárez o Zacatlán —que cuentan con 81 mil 455 y 82 mil 457 habitantes, respectivamente—.

En respuesta a una solicitud de información, la dependencia confirmó que se trata del total de pacientes que ingresaron a una casa de salud, clínica o centro hospitalario, para recibir el antídoto para sobrevivir a los efectos del veneno del arácnido.

Los casos se concentraron en más de 75 municipios pertenecientes, mayoritariamente, a la Mixteca; pero también hay registros de picaduras en las regiones del Valle de Puebla, Valle de Atlixco-Izúcar de Matamoros y Valle de Tehuacán-Sierra Negra.

De los últimos siete años, incluido el 2019 —del 1 de enero al 30 de junio—, el 2014 quedó como el demás pacientes atendidos, con 14 mil 142.

Mientras que en el lapso de este año reportado por la Secretaría de Salud ya sumaron 5 mil 47 incidentes; todos lograron sobrevivir.

En la revisión anual, el número de personas picadas también puede compararse con la población de los municipios mixtecos, justamente región donde existe mayor riesgo, por las condiciones de hábitat, para la proliferación del alacrán.

Por ejemplo, las 13 mil 775 personas atendidas en 2013 equivalen a 10 veces el número de habitantes de Xayacatlán de Bravo.

En 2012 reportaron 10 mil 275 tratamientos, esto es 20 veces la gente que reside en todo el municipio de La Magdalena Tlatlaquitepec, San Miguel Ixitlán o San Martín Totoltepec, que poseen 469, 477 y 699 habitantes, respectivamente.

La Secretaría informó en otra respuesta de información pública que en 2015, 2016, 2017, 2018 y hasta el 31 de mayo de 2019, distribuyó frascos del medicamento faboterápico, que sirve para la desintoxicación por picadura de la especie.

Las botellas se suministraron a la gente a través de instalaciones de oficinas auxiliares de los diferentes municipios, así como centros de salud y en menor medida en hospitales, como en los casos de Acatlán de Osorio e Izúcar de Matamoros.

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Baja mortalidad

Pese a la alta incidencia de picaduras de alacrán en el estado, es bajo el número de fallecimientos reportados por la autoridad.

En este mismo lapso de siete años sólo se cuentan cinco muertes, debido a que los afectados no lograron llegar a tiempo a las instalaciones de un centro de salud para recibir el tratamiento que los curara.

En 2015 se registraron tres de los cinco decesos en los municipios de Chietla, Huaquechula y Jolalpan.

Mientras que los otros dos fallecimientos ocurrieron en 2013, en la demarcación de Tehuitzingo; y en 2017, en Cuayuca de Andrade.

Todos estos sitios poseen en común un hábitat propicio para la presencia del arácnido, ya que hay áreas rocosas, con temperaturas que rondan los 30 y 35 grados, entre otras características que identifican los especialistas.